Primera
Reflexión
(10/4/2004)
SER PARTE DE LA SOLUCIÓN
Ser
parte de la solución.
No ser parte del
problema,
y menos, no ser
nunca el problema.
Es una idea que
debe recorrer todas estas reflexiones. Para ello sólo
necesitamos la Gracia de Dios, la intercesión de nuestra Madre y
DISCERNIR.
- Discernir es reflexionar
- Es hacer examen de conciencia
- Es tener sentido común.
Tengo que
discernir yo individualmente. Algunos aconsejan hacerlo antes de cada
acto, cada día.
Más
importante: discernir en grupo, en familia, en equipo. Cuatro ojos ven
mas que dos.
- Discernir es preguntarme cómo ser parte yo de la
solución de los problemas. ¿Qué puedo aportar yo a
la vida?, a la vida mía y de los demás.
- Discernir si soy causa de algún problema; si molesto a
alguien, si contribuyo a que no crezca la sociedad en la que vivo.
Todo esto lo
puedo descubrir yo mismo. También me pueden ayudar los
demás.
Discernir en
grupo es abrirse a la oportunidad de la corrección fraterna. Y
ahí tengo que descubrir si yo soy el problema. Suele ocurrir con
frecuencia. En una familia, en un grupo, en una comunidad a veces, una
persona es el problema, es el obstáculo insalvable. "Muerto el
perro se acabó la rabia". Removida la persona, se acabó
el problema.
Lo ideal es que
yo me de cuenta y deje de ser problema. Es bueno hacerlo
voluntariamente, que salga de dentro, de mi convencimiento: no querer
hacer sufrir a nadie, no ser problema para nadie.
Me puedo
preguntar ¿colaboro para no ser problema, para ser persona
positiva que allana los caminos? ¡Que bueno sería!
P.
Guillermo Santomé
Dominico
Segunda
Reflexión
(17/4/2004)
EXPERIENCIA GOZOSA
"Al principio de mi sacerdocio yo iba
DELANTE de vosotros.
Ahora marcho a VUESTRO LADO.
Pronto, caminaré DETRÁS."
Es una experiencia que viven todos los padres.
La viven los educadores y todas las realidades de este mundo.
"Conviene que Él crezca y que yo
disminuya".
Siempre pienso en lo bueno que es un "yo" fortalecido, un yo libre,
pero en función de un TÚ. Que crezcas tú y que
disminuya
yo.
Vale para los padres: ¡Qué alegría ver crecer
a los hijos! sobre todo cuando es en sabiduría y bondad.
Vale para los profesores y educadores: el gozo de ver alumnos que
han superado con mucho lo que recibieron de nosotros.
Vale para todos los que mandan, para los que tienen poder: el
poder está para ayudar a crecer a las personas.
Claro, esta verdad es evidente en la naturaleza: hay tiempo de
crecer, hay tiempo de menguar.
Si lo vivimos como un gran DON de Dios, al menguar CRECEMOS; al
menguar podemos estar en plenitud.
Es un clima que tengo que vivir en mi interior.
Por eso me puedo preguntar: ¿Ayudo a crecer a los que me
rodean? ¿soy instrumento que permite a los demás madurar?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Tercera
Reflexión
(24/4/2004)
"GRACIAS POR ENSEÑARNOS A SOÑAR"
Me
lo dijo un alumno al terminar una clase: "Gracias, Padre, por
enseñarnos a soñar".
Es
una de las cosas más bonitas que he oído. Fue
gratificante enseñar a soñar. Eso quieren ser estas
páginas de cada semana.
Orar
es soñar y hacer realidad ese sueño.
Soñar
con los pies en la tierra. Pisando fuerte, fijándome en los ojos
de los niños, en el hambre de los pobres, en la angustia de
tantos deprimidos. Soñar, sí, desde la realidad de la
vida que me rodea; desde la tierra que piso. Soñar desde los
hombres y mujeres que conviven conmigo.
- Soñar es poner a Dios en
mí.
- Es poner la paz en mi alma.
- Soñar en mejorar las
relaciones con los demás.
- Soñar en como distribuir
mejor los bienes de la tierra.
- Soñar en las obras de
misericordia: las puedo hacer realidad en mí.
- Para eso necesito la
imaginación creadora; poner algo de ensueño en mi vida.
Gracias,
Señor, por soñar que puedo seguir creciendo, haciendo el
bien a los demás.
Gracias,
Señor, porque puedo enseñar, animar a soñar y a
estar despierto, por un mundo mejor, más humano. Donde TÚ
seas el centro.
Gracias,
Señor.
P. Guillermo Santomé
Dominico

Cuarta Reflexión
(2/5/2004)
PRONTOS A ESCUCHAR
Una joven bella se acerca al Despacho
Parroquial. Se
sienta. No sé su nombre, ni se lo pregunto. Me cuenta muchos
problemas,
algunos graves. Llora. Cuando percibo que me ha contado su drama, le
pregunto: ¿Qué
puedo hacer por usted? Se levantó, me dio la mano diciendo:
"Nada,
Padre. Ya lo ha hecho: me ha escuchado", dándome las gracias,
siguió su
camino. ¡Qué lección! ESCUCHAR.
Cuántas
personas necesitan ser escuchadas. No tienen con quién hablar.
Escuchar
no es fácil.
Supone:
- Atención corporal
- Mirar atentamente
- "Parar" = estirar las orejas
Poner mi alma en la onda del otro
Y así conecto con la persona que
me habla.
En las
grandes ciudades ¡qué difícil! porque lo que
predomina es el
anonimato. En
los pueblos pequeños, también problema: todos se conocen
demasiado.
Lo que es
cierto: cuando hay una persona que ESCUCHA acuden las personas como las
moscas a la miel.
¿He procurado alguna vez hacer
ejercicios de escucha? Primero hay que hacer silencio interior. Tengo
que dejar mi mente en
blanco. También silencio exterior: no hablar yo, dejar hablar.
Así
puedo escuchar.
- ¿Escucho a mis familiares, a mis compañeros, a los
que
están cerca de mí?
- ¿Escucho a la vida que me rodea?
- ¿Escucho a DIOS?
porque Él también me habla.
- ¿Percibo, escucho los signos de los tiempos?
- ¿De qué
habla la gente, qué quiere contar, de qué habla la vida?
Todos estamos capacitados para esta escucha. Que Dios nos ayude a
vivirla.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Quinta
Reflexión (9/5/2004)
SER LOS PROFESORES QUE SIEMPRE QUISIMOS TENER
"Nuestros
alumnos nos dan la oportunidad de
ser los profesores que siempre
quisimos tener".
Tener profesores buenos: que nos quieran, que les entendamos
lo que nos explican.
Se puede aplicar también esta idea a los papás y a los
jefes, a los que mandan.
Hay que aplicarla a todo el que tiene personas bajo sus órdenes:
los hijos, los subordinados.
Ellos nos dan la oportunidad de ser los padres o los jefes que quisimos
tener.
¡Adaptarse! No son ellos los que tienen que adaptarse a nosotros,
sino nosotros a ellos.
Hay un abismo entre la escuela y
la vida; entre los padres y
los hijos; entre lo que se
enseña y la calle.
Es un reto que tenemos delante. Tenemos que acercarnos, encarnarnos en
ellos: en los alumnos, en los hijos.
¿Cómo me acerco a los que están bajo mis
órdenes? ¿Imponiendo o escuchando?
¿Busco puentes para unir los abismos que descubro en mi vida?
En mi habitación tengo un dibujo: son dos precipicios frente a
frente. Un abismo los separa. A cada lado hay una persona. (Les separa
el abismo), esas personas se quieren, un corazoncito lo indica.
¿Qué hacen? Ir tirando poco a poco piedras al abismo =
cariño, a ver si un día se unen, a fuerza de amor; unir
dos
precipicios, quitar el abismo. Establecer un PUENTE. Un puente de los
pequeños detalles.
Lo podemos hacer con Dios, con nuestras pequeñas cosas,
sencillas oraciones; lo debemos hacer también con nuestros
semejantes. No crear abismos de odio, de desamor, construir puentes.
Qué bueno sería que todos hiciéramos algo!
P. Guillermo Santomé
Dominico
Sexta Reflexión
(16/5/2004)
EL PODER DE LAS IDEAS
"Se puede resistir la
invasión de un ejercito -escribió Víctor Hugo-
pero no la invasión de una idea"
La
fuerza de una idea, tanto para el bien como para el mal:
En
un ambiente muy pobre del Tercer Mundo, la mitad de las palabras de un
niño de dos años son palabras malsonantes, palabras
negativas. Son las palabras que reciben y las ideas que asimilan de sus
papás, en el seno de sus familias.
Hay
borrachos que no hablan más que de excrementos, de basura. Da la
impresión que lo único que tienen en el alma es una
cloaca.
Lo estamos viendo en la TV, en la vida diaria.
Los
psicólogos y psiquiatras saben que es así: muchas almas
están llenas de basura.
Tener
ideas nobles, cultivar
ideas positivas: Ideas generadoras
de bien y de bondad, ideas que
construyan, que unan, ¿qué
ideas mueven mi vida?
Sería
bueno hacer una relación de ideas positivas y negativas; lo que
está más frecuente en mi vida:
- Las
primeras, las positivas, para mejorarlas.
- Las
negativas, para emprender esa dura batalla de limpiar los bajos fondos.
¿Estoy
en disposición de analizar mis ideas?
¿Analizarlas con
alguna persona? ¡Qué bueno sería!Las ideas buenas
nos acercan a Dios
y a los hermanos.
P. Guillermo Santomé
Séptima
Reflexión (23/5/2004)
LA VOZ ES UNA PUERTA DEL ALMA
"La voz es una puerta del alma, no sólo
de la
garganta".
Me
gusta hablar de las palabras LLENAS y de las palabras vacías. De
las palabras que tienen vida y de las palabras muertas. Las Palabras
del Evangelio son palabras llenas de VIDA. Son vida.
El
alma, la vida, se expresa en la palabra, con la palabra. Pero mi alma
es un mundo. En ella contemplo zonas claramente definidas. Lo ha
estudiado muy bien Johari en su famosa Ventana.
- Mi
alma tiene una zona libre: es aquella parte de mi vida en la que todos
pueden participar. Es la puerta del alma que esta abierta a todos. De
ahí brota el manantial de la vida. No son sólo palabras,
voces, hay algo más: el encanto de la VIDA.
- Tengo
una zona oculta, donde nadie entra. Es la zona de los secretos, la zona
de "mi misterio". Sólo lo comunico a quien quiero. Es el
"sagrario" de mi alma. ¡Qué bueno es revelar ese misterio!
Dios lo conoce perfectamente.
- También
tengo una zona ciega: que son las cosas que todos ven en mí y yo
no me doy cuenta; lo que los otros piensan de mí, lo que
critican o alaban de mí y nunca me lo dicen. Soy un ciego en
muchos aspectos de mi vida. ¡Qué bueno sería que me
lo revelaran! ¡Qué buena es la corrección fraterna!
- Y
finalmente el mundo del subconsciente, la cloaca que ahí dentro
de mí: lo que ni yo conozco ni conocen los demás, pero
que existe en mí. Está en mí: mis sueños,
sentimientos, pasiones, antipatías, simpatías...
¿Por qué? ¿Por qué?
Mis
palabras ¿son reflejo, expresión de mi alma?
¿Son
palabras vivas? Deberían ser semillas de bien. Y mejor
aún: palabras del manantial de la sabiduría divina. Es
posible. Dios nos ha dado sus Dones, los Dones del Espíritu
Santo.
¿Dónde
esta mi tesoro?..."Ahí esta mi corazón".
P. Guillermo Santomé
Dominico

Octava
Reflexión (5/6/2004)
LA ARROGANCIA
En castellano es sinónimo de
altanería.
Es bueno leer a Isaías 2, 11-17
"El orgullo del hombre será doblegado"
El orgullo de los grandes, de los sabios, de los mediocres, de los
humildes, del hombre religioso que cree conocer a Dios, de la criatura
mortal que se ha reído de Dios, que se ha mofado de Él.
Será doblegado.
Pensemos en la mofas de tantas personas, mofas en la literatura, en el
teatro, en el cine, en la TV. Las mofas de los chistes.
El orgullo es una locura, es un insulto al Dios Santo. Orgullo del
hombre, orgullo de las clases sociales: yates, fincas, ropas,
banquetes; mujeres-hombres. Todo será doblegado. ¡Todo
será doblegado!
Lo malo es que no tengo siempre conciencia de ello, y el orgullo se me
mete por los poros y me sale por los poros del cuerpo: orgullo de la
persona, de la raza; orgullo de los pueblos, de los partidos
políticos, de los equipos deportivos, de la misma
religión.
Cuando estoy en presencia de los crucificados, de los moribundos, de
¡tantos moribundos! siento un ramalazo en todo mi ser:
ésta es la condición humana.
Hay que vivir con humildad, preparándose a bien morir, para
vivir con Dios.
¿En qué momento emerge mi orgullo?
Es importante que lo sepa, porque ahí está mi
altanería. Y es lo que va a ser doblegado.
¿Con qué personas emerge mi orgullo?
Será doblegado.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Novena
Reflexión (11/6/2004)
PEDIR CUENTAS A DIOS
"¡Ay del que pleitea con su
Artífice!
¡Loza contra el Alfarero!
¿Acaso dice la arcilla al
alfarero:
¿Qué estás haciendo?" (Is. 45,10.)
Me acaban de decir: "La abuelita no se quiere morir"
¡Cuánto esta sufriendo! Nadie se quiere morir. Nadie
quiere sufrir, a no ser los santos, que han comprendido que el dolor es
gloria: "Por la Cruz a la Luz". Pero no todos lo comprendemos.
Y pienso en esta idea de Isaías, tan real, tan verdadera:
¿Cuándo la arcilla puede pedir cuentas al alfarero?
Nunca, nunca. Yo no puedo pedir cuentas a Dios. Él me ha
formado y siervo suyo soy. A Él se lo debo todo.
Pero, "¡qué malo es Dios, Padrecito!". No, los malos
somos nosotros. Soy yo, que no reconozco a mi Creador, que no reconozco
las manos que me formaron, que he sido hecho para ser alabanza de su
gloria.
¡Cómo tienen que sufrir los que no creen en Dios!
Porque los hechos de la vida, de la naturaleza son testarudos: nacemos,
vivimos y morimos. Yo creo que todo ésto sucede porque somos
guiados por la mano de Dios, por ese Alfarero Divino que quiere mi bien
y el de todo el universo.
¿Vivo esta verdad en las cosas pequeñas de cada
día?
Hoy nos hablan mucho de "laicismo", es decir, aparcar a Dios de la
vida pública. Pues bien, te pedirá cuentas tu Padre, tu
Hacedor.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décima
Reflexión (19/6/2004)
"Si Dios y el cielo existen, están aquí y ahora.
Si no somos capaces de percibirlo ahora y aquí,
tampoco podremos percibirlo después".
La idea la he leído en Antonio Gala. De esta idea nos
habló con claridad Jesús: "El Reino de Dios está
dentro de vosotros". Está más presente que nosotros
mismos. "El que dé un vaso de agua a un sediento, me la da a
Mí".
Al explicar la Metafísica, la analogía del ser, la
participación del ser en las criaturas, Santo Tomás
concluye que la participación de la bondad, de la verdad, de la
belleza del Creador, está en mí, está en las
criaturas.
Cuando más las vivo y las doy (: hacer participar) más
crezco yo y crece la bondad en el mundo.
Dios está en mí y de una manera íntima.
Está por la gracia: comunicación de su vida divina; la
vida Trinitaria de Dios: "Si alguno me ama, vendremos a él y
haremos en él nuestra morada".
Si no vivimos, si no amamos aquí y ahora, difícilmente lo
haremos allá. Ésto de ahora es prenda de la vida futura,
vestigio de la vida eterna.
Y luego los hermanos: si no me ejercito en la caridad aquí, si
no veo esa presencia de Dios en el hombre, en el mundo, en cada
criatura, ¡qué difícil va a ser verlo en el
más
allá!
¿Tengo algún momento para entrar dentro de mí y
adorar al Creador?
¿Intento hacer el cielo en la tierra: vivir el amor aquí,
especialmente con los que están más cerca de mí?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo primera
Reflexión (26/6/2004)
SER SIEMPRE TESTIGO CANSA
Ser testigo es meterse en la vida hasta los dientes. Es complicarse la
vida. Estar siempre en la frontera, es disponibilidad para el que lo
necesita. Ser testigo es dar la CARA, ponerse en el riesgo.
Si somos testigos de Cristo, nos ha anunciado que seguiremos el mismo
camino del Maestro: "Si a Mí me han perseguido, a vosotros os
perseguirán". "Si a Mí me han crucificado, a vosotros os
crucificarán". No puede haber mas claridad en las palabras de
Jesús. Y están dichas para mí. Pero
¡cómo cuesta! ¡Cansa!
¿Tienes alguna experiencia? Cuando sientes la llamada a ser
testigo: tener transparencia, decir la verdad, confesar a Jesús,
luchar
por la justicia, defender al pobre y al oprimido...
Cuando te buscan, te llaman: de día, de noche, a cualquier hora.
No hay domingo ni festivo. Cuando te sientes a la intemperie, a
veces solo entre el cielo y la tierra.
Señor, yo he sentido ese cansancio, esa flojera, a veces
cobardía. Pero también hemos sentido tu GRACIA, tu
fuerza, que obra maravillas.
¿Qué hago cuando me siento cansado? A veces es un
cansancio colectivo: de una familia, de una comunidad, de un pueblo.
¡Cuánta fe y fortaleza hacen falta para vencer nuestro
cansancio!
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo segunda Reflexión
(3/7/2004)
TIEMPO
DE OCIO
Hacer
de la vida ocio, libertad.
No
hacer de mi vida NEG-OCIO.
Doy gracias a Dios por lo que he tenido que trabajar en mi vida; como
muchos de vosotros y vosotras:
- Cuando era niño, al servicio de todos, en trabajos
humildes; repartiendo muchas cartas por las calles de la ciudad.
- Cuando era joven dedicando muchas horas del día a los
ideales que nos habían inculcado: servir a la Patria, servir a
la causa de Dios.
- En la vida religiosa: Estudio-oración-servicio.
Ordenado sacerdote: trabajo y más trabajo. Durante mucho tiempo
no hemos sabido lo que era el ocio. Todavía hoy mi mayor
sueño es pasear, pasear...
Cuando peino canas, en algunas clases hemos hablado del ocio. Como un
sueño, como una ilusión, algo que algún día
llegará.
Conmigo han compartido estas ideas otras personas comprometidas hasta
la coronilla en la actividad y servicio al Evangelio. Como tantos de
vosotros. Y hemos descubierto que la palabra ocio es la contraria a
"negocio".
El que está dedicado a los negocios no tiene ocio.
Cuanta gente no tiene un momento de sosiego por amontonar dinero,
poder, por hacer negocios.
Nosotros no era por dinero, pero ¡cuántas veces nos ha
podido la actividad!
¡Qué bueno que dediquemos algo de tiempo al ocio! Y en el
ocio: el reposo y la oración.
Que nos enriquezca el tiempo libre: "Se retiraba solo a hacer
oración", así era Jesús.
P.
Guillermo Santomé
Décimo tercera
Reflexión (10/7/2004)
CONSTRUIR
"Sólo queda destruido
aquello que es inmediatamente reemplazado"
¡Qué importante para la vida, Señor! Tenemos que
educarnos y prepararnos para esta idea.
No puedo vencer una mala inclinación si no instalo en mi vida,
en ese mismo instante, una inclinación buena. No venzo al vicio
si no es con una virtud.
- Los pensamientos malos tienen que ser sustituidos por
pensamientos buenos.
- Los deseos malos, negativos, tienen que voltearse en buenos
deseos; deseos positivos.
Sólo hace falta la ayuda de Dios, QUE NO FALTA, y QUERER.
Dios me ha dado el Don inestimable de la libertad. La libertad si se
inclina al mal, ahí queda fijada.
Me determino yo en cada instante. Me determino a la luz o a las
tinieblas.
En el orden humano individual; en el orden colectivo o institucional el
mal siempre tiene que ser sustituido por el bien. Y hay que hacerlo en
el acto. De otro modo seguirá el mal.
- ¿Qué zonas de sombra hay en mí?
- ¿Qué deseos-pensamientos-actos malos hay en
mí, en la sociedad en la que vivo?
- ¿Cuánto tiempo dedico a discernir para cambiar el
mal por el bien?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo cuarta
Reflexión (17/7/2004)
"CUENTA CONMIGO"
Era la idea que durante el tiempo de noviciado -tiempo de
prueba-
más nos han repetido. Es la idea, las palabras que más
hemos escuchado: que cuenten conmigo = SERVIR. A eso hemos
venido,
para eso estamos aquí. Que nuestros superiores sepan que pueden
contar con nosotros.
Que nuestros vecinos, los que nos rodean, sepan que estamos
para
servirles. Que los más pobres, los tullidos, los marginados
cuenten con nosotros.
Es una actitud. No son palabras bonitas. Es dar acceso, acogida al que
se acerca a mí. No es cuestión de ir repitiendo por las
calles o en la prensa "contar conmigo". Es que tú y yo debemos
estar donde nos necesiten. Es disponibilidad. Estar en la onda.
Me parece que ésto requiere sólo una cosa: que me olvide
de mí y emerjan delante de mí las necesidades de los
demás. Tengo experiencia de personas con esta actitud y
práctica. Están siempre donde las necesitan: para lo
positivo y lo negativo. Para compartir penas y alegrías. No
puedo olvidar aquí a un entrañable amigo que tenía
una antena especial para saber dónde había cada
día una familia con difunto: y allí estaba él
orando y consolando.
Es un imperativo del Evangelio: es lo que tenemos que hacer:
servir. "Somos siervos inútiles".
- ¿De verdad los demás pueden contar conmigo?
- ¿Voy a regañadientes?
- ¿Los que me rodean descubren esta actitud en mí?
Debería ser el clima en mi familia, en mi trabajo, en mi
comunidad. Ojalá fuera el clima del mundo: el servicio a los
demás globalizado.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo quinta
Reflexión (24/7/2004)
"QUIZÁ
TENGAS RAZÓN"
Pienso, Señor, que hay muy pocas
cosas definitivas, intangibles.
Un profesor de teología, en
clase, nos decía: "Lo importante es creer en Dios Padre".
Nos podemos equivocar en tantas
cosas... Nos equivocamos tantas veces. La verdad
¿quién la tiene totalmente? Sólo Dios. Por
eso, delante de un hermano, ante la opinión del otro, qué
bien la actitud: "Quizá tengas razón".
Yo creo en la verdad objetiva.
Hay verdades que están
ahí, dando testimonio de que son grandes, pequeñas,
blancas o negras; no dudo de la existencia del ser. Pero también
creo en la verdad subjetiva, en la apreciación de cada uno, el
punto de vista personal. "Todo depende del cristal con que se mira".
Por
eso: "quizá tengas razón".
Cada vez me gusta menos discutir. Buscar
lo que nos une, no lo que separa. Hay en las Constituciones de los
Dominicos una palabra clave: "unanimiter". Buscar lo que nos une,
buscar el consenso; darnos la mano todo lo que podamos, sin destruir al
otro y borrarle por su verdad.
¿Me separan las personas o las
ideas?
¡Cuántas personas tengo
enterradas en mi cementerio particular! Me decía una cubanita:
"Yo tengo mi cementerio particular. Al que entierro, no resucita
más". Y cuando la veo la pregunto: crece o mengua tu cementerio
particular?. "Mengua, Padre". Vale. Que mengue el distanciamiento con
el otro, porque "puede que tengas razón".
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo sexta
Reflexión (31/7/2004)
PREGÚNTALE A TU
CORAZÓN
Aprender a escuchar. Ver y
OÍR mucho, para CRECER.
Acabo de tener una conferencia
telefónica: Gabi está en el corazón de Madrid; yo
estoy en el corazón de la selva. Acabo de venir del
río, del inmenso río. Hemos tenido confesiones, bautizos,
comuniones, alegría, alegría, en medio de la pobreza
extrema. La voz que viene de allá, del otro lado del
Atlántico, sale del corazón: "Cuídate, Guille,
pasa unas buenas Navidades". El milagro del teléfono me hace
sentir la calidad del corazón humano. En medio de barro de
aquí, de allá, hay corazones llenos de vida, de
cariño. Sin ningún interés, sin ninguna codicia,
sólo el amor que brota limpio del corazón humano.
He escuchado esta mañana a
estas gentes, a la voz que me llega de lejos, y me digo: "Así
tiene que ser mi corazón: limpio como las aguas que brotan del
manantial." Lo que mata no es lo de afuera, sino lo que "sale del
corazón": de ahí salen las riñas, los adulterios,
la codicia, la soberbia.
Tengo la certeza de haber estado cerca de corazones limpios, nobles,
grandes. Mi gran trabajo es la limpieza de los bajos fondos, como
cuando estaba en el astillero con los barcos. Limpiar los bajos fondos
de mi corazón para que esté transparente.
¿Qué es lo que
ensombrece mi corazón? ¿Qué es lo que mi
corazón niega a los demás?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Décimo séptima Reflexión (7/8/2004)
Alaba
en voz alta, critica en voz
baja.
¡Qué difícil ser equilibrado en estas dos palabras:
alabar y criticar! Alabar sin caer en la
adulación, sin pasarnos.
Qué noble es reconocer las cosas nuevas, admirar
la belleza, la verdad! Entre nosotros debería
ser normal alegrarnos,
alabar, bendecir cada día lo positivo que encontramos.
- Alabar a Dios en nuestro corazón.
Alabarlo en voz baja, en silencio.
- Alabar todo lo bueno de los míos,
de los demás. El canto de San Francisco a la
naturaleza es un ejemplo
de sana espiritualidad.
- Y criticar en voz baja. Lo menos posible.
Es
bueno
que yo me evalúe, me critique. Hacer examen de conciencia. Evaluar también mi contorno, todo lo que me
rodea. El mundo.
Discernir los signos de los tiempos: ver, observar lo negativo, para vencer al mal con el
bien.
Debo ser tardo, lento, para criticar, para juzgar.
No olvidar que el primer paso tenía que ser
siempre la corrección fraterna. Buscar el momento oportuno, el
"kairós", para
acercarme al hermano y decirle una palabra, respetando siempre su
libertad.
¿Cómo realizo la alabanza y la critica?
¿Vivo más en positivo que en negativo?
En la familia, en la comunidad, en nuestros grupos
promover la alabanza. ¡Qué bueno sería!
P. Guillermo
Santomé
Dominico
Decimoctava
Reflexión (14/8/2004)
PEDIR-LLAMAR-BUSCAR
Se consigue: gimiendo, llorando.
"El que sabe dar cosas buenas a sus hijos" nos manda:
Recibiremos TANTO MÁS CUANTO
MÁS creamos, esperemos, amemos.
Este asunto se resuelve:
- más con gemidos que con discursos
- más con llanto que con palabras.
He asistido a un curso de
reciclaje, de formación permanente. El reverendo que nos entrega
la separata dice que la oración de petición no tiene
sentido. Dios sabe lo que necesitamos. He pensado en Jesús,
el Hijo de Dios. Cuando los discípulos de Jesús le
insisten que les enseñase a orar, recitó el Padre
Nuestro.
Lo único que tenemos desde nuestra INDIGENCIA es la posibilidad
de pedir.
Santa Catalina de Siena escucha del
Señor: "Yo Soy El Que Soy y tú la que no-eres". Es
verdad. Yo soy el que "no soy"; soy ser por participación,
limitado, menesteroso, dependiendo en cada instante de El Que ES, del que todo lo puede:
"en Ti nos movemos, existimos y somos". Me das el aire que respiro en
este momento.
Pedir con llantos y gemidos. No
todos podemos hacerlo así. ¡Ojalá tuviéramos
esa confianza! Postrados ante Él, que todo lo puede; postrados
desde nuestras pequeñeces, desde nuestra nada: acercarnos al
trono de la Misericordia.
¿Pedir-llamar-buscar es algo normal en mi vida?
¿Cómo ando de
autosuficiencia ante Dios y ante los hombres?
El peligro de la
arrogancia está latente
en mí.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Decimonona
Reflexión
(21/8/2004)
Fidelidad en el creer.
Firmeza
en la esperanza.
Entusiasmo en el deseo.
No es
fácil, Señor, pero es el único camino. La fe
requiere, desde el lado humano, una TENSIÓN
constante:
- tensión cada día,
- tensión en cada acto que realizamos.
¡Claro que la fe es un don de Dios ! Él
es el que nos da la fuerza para creer; pero la
fidelidad me corresponde a mí. Y esta fidelidad son pasos que
tengo que
ir dando en cada momento. Así se llega a lo que llamamos vida de
fe.
Tiene dos cualidades:
-
FIRMEZA: los hábitos se
van enraizando en la persona,
cada vez más fuertes y profundos. La humildad a medida que crece
profundiza en toda la psicología de la persona y nos hace ver
nuestra
fragilidad, nuestra nada, y eso es firmeza, fortaleza: la roca es
Cristo.
-
ENTUSIASMO: "Desbordo de gozo en
mi Señor". La
alegría y el entusiasmo es una consecuencia de ese manantial de
agua
viva que hay en mí.
Para
un cristiano debería ser una exigencia
constante:
de la contemplación brota el entusiasmo, el deseo de hacer el
bien:
- la luz quiere
alumbrar
- la sal quiere
sazonar
- el hombre o
mujer de Dios quiere comunicar la bondad de
Dios.
La
fidelidad se nota en los actos pequeños, en lo
cotidiano.
¿Lo
vivo yo así?
¿Cómo
es mi fidelidad, mi entusiasmo con
Dios, con los hermanos, conmigo mismo?
P.
Guillermo Santomé
Dominico
Vigésima
Reflexión (28/8/2004)
BONDAD
"Bondad
más que sacrificios"
Es un Don
de Dios.
Es
también tarea.
Toda la Biblia está atravesada por esta idea: ser bondadosos,
participar de la bondad de Dios. "Ha aparecido la bondad de Dios"
decimos al celebrar el Nacimiento de Jesús. La bondad
acompaña a todo ser. Todos tenemos algo bueno. La tarea es que
el bien venza al mal, la luz a las tinieblas.
¿Cómo
se consigue ésto? Hay dos palabras que deben estar presentes en
nuestras vidas: DON Y TAREA:
Don de Dios: La bondad me la tiene que
dar Dios. Viene de arriba.
Podemos suplicar, gemir y llorar para que el Buen Dios nos enriquezca
con sus bienes.
Y es tarea: A Dios rogando y con el mazo
dando.
Confía en Dios como si todo
dependiera de Él, y trabaja,
esfuérzate como si todo dependiera de ti: ésta es nuestra
tarea, ardua tarea. El labrador tiene que preparar el campo,
tiene que esparcir la semilla,
no puede hacer más: ni hacer llover, ni hacer salir el sol, ni
hacer crecer. Pero ¡cuánto puede hacer!
¡cuánto podemos hacer para ser bondadosos.
Hoy escuchaba yo una idea posible: que
todos nos pongamos de acuerdo
para ser un poquito
más buenos. ¡¡¡El mundo sería
más bueno!!!
¿Me contento con las obras, con
los sacrificios o me interesa
más la bondad?
P.Guillermo Santomé
Vigésimo primera
Reflexión
(4/9/2004)
RELACIONARNOS
Una
relación que nos enferma hay que curarla, o romperla.
Vale para el
matrimonio
Para la vida de
grupo
Para el trabajo
Para la vida
religiosa
Por la relación se sana o se
enferma. Si
la relación es buena, hay
salud, si la relación es mala, enfermedad. Si no hay relación falta lo
más elemental de la comunicación humana y sobrenatural.
Porque el hombre tiene que relacionarse también con Dios.
Una
relación enferma hay que
curarla. No es fácil. Dos no regañan si uno no quiere.
Pero para amigarse tienen que querer los dos.
Siempre me
acuerdo del bendito Juan XXIII: Yo tengo que dar los pasos
que sean precisos para sanar una mala relación.
Siempre tengo
que acercarme al hermano separado. Siempre; aunque es
heroico llamar a la puerta del enemigo.
También
es verdad que hay
relaciones rotas, imposibles. En latín hay una expresión
que nos indica sabiamente cómo hacer:
"Fortiter
in re
suaviter in modo".
Hacer lo que
tengamos que hacer pero
cuidar la forma, el modo cómo lo hacemos. Si hay que romper,
ojalá sea de la forma más delicada y menos hiriente. Casi todos tenemos problemas de
relación: la familia, el trabajo, la comunidad. Es
una filigrana llevarse bien con todos. Hay que tejer
y destejer cada día para que la relación sea humana e
incluso gratificante.
¿Podría evaluar todas mis
relaciones? ¿También las relaciones que debía tener
y no tengo, las OMISIONES?
P.Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo segunda Reflexión (11/9/2004)
LA LIBERTAD
Mi libertad no es contra nadie
Mi libertad debe ser promotora de
libertad
¡Tantas veces lo hemos
oído! "Mi libertad termina dónde empieza la libertad del
otro".
- Tengo libertad para hacer el bien, para elegir cosas buenas. Es
la
salud del alma, de la inteligencia humana.
- Cuando hago el mal, que lo puedo hacer, introduzco en mi
espíritu una célula cancerosa, meto las tinieblas en
mí.
Y si la libertad es el bien, la búsqueda del bien, no puede ser
contra nadie. Mi libertad no puede dañar a nadie. Si es el bien,
es algo que es apetecido por todos. Tu libertad y mi libertad deben ser
causa de alegría y bienestar para los demás.
¡Qué panorama delante de mí! Ya sé
qué vas a decir: "Eso es muy difícil, nadie hace las
cosas siempre bien". De acuerdo. Pero es el camino que tenemos que
andar, es nuestra tarea: ser libres y que mi libertad no dañe a
nadie. En el momento en que mi libertad hiere a alguien, ya no es
libertad, es atropello, es violencia.
Pero no sólo debo buscar mi libertad, debo crear clima de
libertad, para que se desarrolle la libertad de los demás:
promotor de libertad. Sentirme feliz al descubrir la libertad de los
otros, al ayudarle a que crezca su libertad.
¿Qué cosas o con qué personas no me siento libre?
¿Me entristece la libertad de los demás?
¿Perjudico la libertad de los otros?
P.Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo tercera Reflexión (18/9/2004)
ARMONÍA
¿Podrás vivir, tener
armonía y paz si constantemente haces cosas que en el fondo
sabes que no están bien?
Te voy a contar algunas cosas que yo pienso que no están bien,
con ellas tengo que vivir todos los días:
- La falta de comunicación entre nosotros
- Vivir lejos de la gente
- No hablar más que de dinero
- Confrontación con otras religiones
- No aprovechar los medios de comunicación para llevar la
Buena Noticia
- Servir al Ejército, al poder.
- La presencia religiosa y las
bendiciones en medios poderosos y en algunos casos corruptos
- Servir a la hechicería de la gente: utilizando
supersticiosamente procesiones o sacramentales como el agua
bendita
Cada uno puede hacer la lista de sus contradicciones, de las cosas que
chocan contra tu vida, de lo que no concuerda con tus ideales,
quizás con tu propia vocación.
He hecho esta sencilla lista que me hace reflexionar. Estas cosas me
quitan la paz. Siento que me separan de Dios y de los hombres.
Este es un camino que tengo que recorrer. Porque es posible que estas
cosas me hagan daño a mí, me quiten la paz; pero que a
otras personas les guste, les haga bien, esté de acuerdo con sus
creencias, con su manera de ser.
Aquí es donde está la dificultad y este es el camino que
tengo que recorrer, que tenemos que recorrer las personas para tener
paz. Afirmar que somos distintos, respetarnos. Un paso más:
comprendernos.
Es posible vivir en paz, en armonía.
¿Qué es lo que rompe mi armonía?
¿Qué me quita la paz?
¿Qué es lo que me aparta de mis ideales?
¿A dónde voy? ¿Estoy acertado?
P.Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo cuarta
Reflexión (25/9/2004)
ACEPTAR QUE TENEMOS QUE
CAMBIAR
Necesariamente tenemos que cambiar:
- por la edad
- por las enfermedades
- por nuevos roles: trabajos, circunstancias.
Ya sé, Señor, que hay quienes afirman que nada cambia:
"genio y figura hasta la sepultura". Pero la naturaleza se renueva.
Nosotros somos naturaleza. Vamos cambiando en lo físico,
psicológico, en lo espiritual. No tenemos la misma fuerza que
cuando éramos jóvenes. No tenemos, tampoco, la misma
intrepidez.
En la vida buscamos, y los roles nos vienen sin querer, nuevos roles:
ser
jóvenes, adultos, ancianos. Presidir y dejar de presidir.
Aprender y enseñar.
Una de las mejores cosas que podemos hacer es dejar pasar a los que
andan ligeros, más ligeros que nosotros. Que ellos vayan
creciendo, y yo sepa disminuir y desaparecer.
"El arte de saber envejecer".
Los nuevos roles así no más, como por casualidad. Es
bueno prepararse para ellos:
- el rol de ser padre
- el rol de ser trabajador
- la responsabilidad social
- el rol de dejar de trabajar
Hay que prepararse para ello; para estar ocupado y desocupado,
para aprovechar el ocio y el tiempo libre. ¡Qué bueno que
reflexionemos de estas cosas!
¿Me preparo para los nuevos roles? ¿Los acepto?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo quinta Reflexión (2/10/2004)
Defender los
espacios que tenemos de felicidad.
Parece que la mayoría de las
personas no son felices. Pero lo que sí es verdad que casi todos
nosotros tenemos ESPACIOS de felicidad.
Yo creo,
Señor, que la felicidad no es un fin. La felicidad no
está ni aquí ni allá. Es lo
que rebosa del vaso, es la plenitud de la vida, es la consecuencia de
la luz, es el sabor de la sal o del azúcar, es el sabor del buen
vino. Cuando haces algo, cuando haces el bien hay algo que siempre
acompaña esa acción: es la felicidad. El gozo de hacer el
bien.
Todos
nosotros estamos en este mundo como caminantes, como peregrinos.
Estamos llamados a la muerte y de la muerte a la vida. Mientras estamos
de camino, lo normal, es la cruz, el dolor, el cansancio. Pablo habla
de vivir como en dolores de parto, hasta que demos a luz nueva Vida:
don de Dios.
Bien, lo normal es la incomodidad, el irnos
corrompiendo, pero hay espacios, muchos espacios, que son ya luz, que
son felicidad: es lo que rebosa en el bien, en la obra bien hecha. Por
eso confieso que hasta hoy Dios me ha dado muchos
momentos de felicidad: felicidad con las personas, muchas; felicidad en
el silencio, en la oración, en el no hacer nada; y felicidad en
la acción, en el trabajo, en las aventuras que la Providencia me
ha brindado cada día.
¡Gracias, Señor, por tanta dicha!
Hoy he gozado: he visto en la Tele un concierto
de niños prodigios de cada una de las regiones de España:
niños de cinco años: música, danza, canto,
chistes, mímica...
¿Descubro en mí espacios de felicidad, de
gozo? ¿Doy gracias a Dios por ello?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo sexta Reflexión (9/10/2004)
CINISMO ÉTICO
¡Qué peligro!
Consciente o inconscientemente los que buscan el provecho propio o de
su
grupo. Y ese provecho propio, egoísta, es el criterio
último de la
conducta humana!!! Hay que decirlo: no, mil veces no.
Los medios tienen que ser buenos.
Los medios que usamos para nuestros fines, tienen que ser
transparentes,
como un manantial. La ética del ser humano debe
ser fuego abrasador:
- lo correcto
- lo justo
- lo que tiene que ser
- el deber
El peligro es real. Pocas personas
lo dicen. ¿Quién va a
decir que es egoísta, avaro, que tiene afán de poder?
Pero
está ahí,
en la vida diaria; está en el inconsciente, en lo profundo de
nuestro ser. Sin querer lo he
enseñado, lo he promovido: "ser los mejores", "ser los
primeros", "formar élites". Hemos promovido y
promovemos la utilidad y el provecho como criterio prioritario para la
conducta humana. Se hace a costa de lo
que sea. En muchos ambientes no importa que los medios sean malos.
El principio que dice: "no se
pueden hacer males para que vengan bienes" para muchos no cuenta. Pues
estas son las aguas en las que nos movemos. Y no cuenta para
Instituciones, Gobiernos, etc. Muchos grupos humanos son
ciegos para los imperativos éticos. Se habla de valores
políticos, fines políticos y en nombre de ello se mata,
se
masacra, se pisa la dignidad de muchas personas.
Este es un largo camino. Lo
deberíamos recorrer todos, lo deben recorrer las Instituciones.
Porque
la basura de los medios malos está corrompiendo nuestra sociedad.
P. Guillermo
Santomé
Dominico
Vigésimo séptima
Reflexión
EL GOZO
"Un músico debe ser un modelo de felicidad las 24 horas del
día. Mi mujer me dice que me río cuando estoy durmiendo y
así debe ser". (Lo dice Chao, un contrabajo cubano). "Me
río
cuando estoy durmiendo, pero no porque tenga una forma de demencia,
sino porque hay algo en mí que rebosa. Rebosa en mí el
GOZO de las 24 horas del día."
El gozo es un don de Dios, un Don del Espíritu Santo, un
regalo de Dios, que da a los que Él quiere. Estoy convencido que
se lo da a mucha gente, a todo el que tiene una disposición
buena.
El estado normal del creyente debe ser el gozo, incluso en medio del
sufrimiento. Pero también es fruto de la colaboración
nuestra. El gozo lo tenemos que ir poniendo en el corazón y
en la vida. No brota así no más. Hay que cultivarlo y
esto está en mis manos.
Recuerdo aquella buena mujer que cuando tenía una idea triste
se pasaba con fuerza la mano por la frente, como queriendo quitar
una mosca. Así quitaba la idea negativa, la idea mala. Quitar
la mala idea y dejar espacio a lo positivo, a la alegría.
Gracias, Señor, por el gozo de vivir, de pensar, de reír,
de
querer, sobretodo de querer. No sólo decir palabras bonitas,
sino cuidar que mi palabra no muerda; que mi palabra acaricie.
Así las 24 horas del día.
¿Cuáles son mis horas malas? ¿Cuándo y
dónde dejo espacio a la tristeza?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimoctava
Reflexión
LA COMUNIDAD
La comunidad es el lugar donde debemos experimentar a Dios,
vivir la fe, encontrarnos al hermano, que es distinto de mí.
La comunidad, la familia: lugar de acogida, de participación.
También, un lugar terrible: donde se revelan todos los
límites, las debilidades y las tinieblas del propio ser.
La comunidad, la familia, es una alternativa a la sociedad de consumo:
por el compartir, por la comunión, por la COMPASIÓN.
La comunidad, la familia:
- no mera cohabitación
- ni un hotel o pensión
- ni equipo de trabajo.
Menos aún, nido de víboras.
La comunidad, la familia, un paso del egoísmo al amor, de la
muerte a la vida.
La comunidad, la familia, lugar de tensiones, simpatías,
antipatías. Celos e inseguridades.
Lugar de sinceridad. (Donde se abandonan las máscaras y se
comparte la propia debilidad, y el propio don).
Lugar de perdón y de fiesta.
Comunidad y familia: sentirse uno en su propia casa.
Todos de alguna manera vivimos en comunidad: familia, trabajo, vecinos
opción religiosa.
¿Cómo vivo en mi comunidad?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Vigésimo nona
Reflexión (30/10/2004)
HABLAR BONITO
Lo que no se verbaliza se somatiza. Lo explicamos: "Los
sentimientos no expresados se convierten en resentimientos".
La vida es como un manantial. Todo manantial tiene dos virtudes:
- Brotar, darse, correr formando un cauce, fecundar
- Pureza, limpieza, transparencia.
Así tiene que ser mi vida.
La experiencia dice que no se puede taponar la vida; no podemos pasar
la vida reprimiendo. La palabra, la comunicación es el primer
cauce de nuestro manantial. Estamos hechos para comunicarnos, para
verbalizar nuestros sentimientos. Cada vez que reprimimos, que nos
aguantamos: deseamos comunicar y NO COMUNICAMOS, todo eso pasa a
nuestra cloaca personal. Vamos acumulando basura. Es una basura real:
somatizamos, es decir, pasa al cuerpo. Nos va enfermando: "No duermo",
decimos; "estoy nervioso", etc. Enviar a la cloaca los sentimientos no
es buen camino.
Los niños son un ejemplo de verbalización, de
comunicación. A veces les decimos: "niño,
cállate". Muy mal. Hay que dejar a las personas, a los
niños que hablen; ojalá lo hiciéramos así
todos.
Comunicarnos en la familia, en la pareja, en el trabajo, en la
comunidad.
Comunicarnos cuando nos encontramos con la gente.
Tener siempre la posibilidad de confiar en alguien con quien podamos
hablar en profundidad.
Buscar espacios de comunicación: Las tertulias eran y son una
gran terapia. Hay que fomentarlas, en la serenidad, sin imponer,
dejando fluir el manantial.
¿Qué limites tengo en mi comunicación ?
¿Qué cosas me cuesta verbalizar, traducir a palabras?
Esas son las que tengo que expresar, comunicar, para que no me coman
por dentro. La oración es eso con el gran AMIGO: escucha y AMA.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigésima
Reflexión (6/11/2004)
DOMESTICAR NUESTROS SENTIMIENTOS
Los sentimientos nos instalan en la realidad. Me refiero a la
realidad de mí mismo, de nosotros. Es tomar el pulso. El
termómetro para ver la temperatura, medir la presión.
El electro nos instala en la situación real de nuestra salud.
Como un análisis clínico, así son los
sentimientos: me dicen cómo soy. Cómo soy de justo, de
humilde, de misericordioso. Me dicen si tengo entrañas de
compasión o de egoísmo. Mis sentimientos me dicen si
predomina el yo o el tú. Y así podríamos ir
recorriendo todo el mapa de mi interioridad: ese soy yo...
...No el que digo ser.
...No el que ven los demás.
...No, no es la careta.
Es lo que está detrás de ese personaje que soy yo. Esa
es la realidad.
Y si quiero crecer como persona, ahí tengo el punto de
partida. Porque mis sentimientos pueden ser mejorados: el bien puede
superar al mal; el bien puede eliminar el mal, hasta en sus
raíces más profundas e íntima. Es tarea personal,
posible.
Es don de Dios, y puedo suplicar para que me conceda esa gracia. Esta
es una manera de empezar a limpiar esas raíces torcidas,
enfermas, que todos tenemos.
La psicología profundiza en los bajos fondos que todos
tenemos. Desde ahí es donde deben brotar los buenos
sentimientos. "No es lo que entra por la boca, sino lo que sale del
corazón".
Con buenos sentimientos nacerán buenos deseos, y buenas
palabras, y buenas acciones. Es lógico: el árbol bueno,
produce frutos buenos.
¿Cómo son mis sentimientos, los conozco? ¿Les
tengo miedo?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigésimo primera
Reflexión (13/11/2004)
¿QUÉ MUEVE NUESTRA VIDA?
Los sentimientos no deben de mover nuestra vida. Nuestra vida la debe
mover DIOS y la razón humana.
Es una pregunta sencilla que siempre me puedo hacer: ¿Qué
es lo que mueve mi vida? ¿Qué es lo que mueve los actos
que realizo?
Cuando trabajo, cuando amo, cuando me relaciono con los demás
¿qué es
lo que me mueve, qué es lo que hay detrás?
Es evidente que la mayoría de los mortales nos movemos
instintivamente; nos movemos por la fuerza de los sentimientos; lo que
nos atrae, lo que nos gusta. Las personas que nos caen
simpáticas. Todo eso es lo que tira de mí. Y sin embargo
no debería ser así.
Como creyente, lo primero que debía impulsarme a obra
debería ser Dios. Dios dirige mi vida. Me da grandes espacios de
libertad
La sabiduría es que yo realice mi libertad según el Plan
de Dios. Esto implica escucha, estar con las orejas bien estiradas para
conectar con la sintonía de Dios, con los signos de los tiempos.
No es mi sentimiento, que puede ser egoísta, equivocado,
injusto. Es, debe de ser, la sabiduría de Dios. Y con la
sabiduría de Dios, la razón. Dios nos ha dado la cabeza
para algo: para pensar.
Decimos que el corazón tiene razones que la cabeza no comprende.
No. Quizás sea mejor razonar, pero razonar también con el
corazón, amando; buscando no sólo mi propio bien, sino el
de mi prójimo. Todo me iría mejor si me guío
más de la mano de Dios que de mis sentimientos.
Una persona muy inteligente me decía: "Es suficiente un minuto
para razonar y así frenar la fuerza de los sentimientos".
¿Busco lo que agrada a Dios, lo razonable, o sólo lo que
me empuja el sentimiento?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigésimo segunda Reflexión (20/11/2004)
MADUREZ
La naturaleza tiende a madurar.
Así debe ser la persona, en lo físico, en lo
psicológico y en lo espiritual. Madurar en el cuerpo y en el
alma; en la mente y en el corazón.
Una realidad comprobable es que si no se madura, se queda uno en el
ESTADO PREVIO. A veces se madura en un aspecto de la vida, y en otros
no. Entonces falta ARMONÍA. A veces predomina en nosotros el
NIÑO: en algún aspecto nos hemos quedado en la infancia o
en la juventud.
Madura la naturaleza: ¡cómo crecen las flores!,
¡qué sabrosa la fruta a su tiempo! ¡El punto final
del escritor, la última pincelada del pintor, la última
nota del compositor!
El hombre, la mujer son personas, pero sobre todo somos naturaleza.
Estamos llamados no sólo a realizar un orden, una secuencia;
estamos llamados a cierta plenitud: madurar. En la naturaleza todo ello
es dirigido (la mano de Dios), como si fuese automático: cada
año, cada especie, etc. En nosotros es libre. ¡Es libre!
Depende de mí. La maduración depende de mí, la
plenitud depende de mí. Cuánto más cuando estamos
conectados con el manantial que es la vida divina.
La experiencia me confirma que el gráfico de muchas personas es
una línea descendente. Su vida no se ordena a la cordura, a la
madurez. Hay muchas vidas que se petrifican en la inmadurez y
están ordenadas a vidas ruinosas. Camino y vidas que
están catapultadas hacia la infelicidad, hacia la falta de paz,
hacia la "NEGRITUD". No se dirigen a la claridad, sino hacia la
oscuridad. Es el largo túnel de muchas vidas.
Tender a la madurez: Tarea de cada día, con la ayuda del buen
Dios: en sus manos estamos. Siempre impulsados por la esperanza. La
cordura es fruto de discernir: evaluar mi vida; cambiar lo que tenga
que cambiar para que mi vida se dirija a la luz, no a la oscuridad.
¿Tengo conciencia de ello o maduro sólo parcialmente? No
es bueno madurar sólo parcialmente. Tiene que ser el todo.
También constatar que muchas personas no son conscientes de su
inmadurez, de su falta de cordura.
Siempre hay tiempo y GRACIA para madurar y hacer de mi vida gozo y bien.
P. Guillermo Santomé
Dominico

Trigésimo tercera
Reflexión
(27/11/2004)
NIVELAR
"Nuestros
países son muy pobres para
poder dar al
hombre grandes riquezas
materiales;
pero sí podemos dar un
sentido de
igualdad: NIVELAR
y mejorar la dignidad humana".
Es un deseo de muchos pueblos. Es una
idea que no podemos olvidar
en medio de esta vorágine que es la eficiencia, la máxima
cantidad, la calidad total,
la llaman. Es nuestra sociedad que promueve el consumir más y
más.
Evidentemente todos los hombres y
mujeres no somos iguales. Hay muchas
razones para constatar las diferencias.Pero también iguales. Son
los ejes que usa Santo Tomás: diferentes, pero iguales.
Y como iguales: nivelar. Es una palabra que gustaba mucho a San Pablo.
Es un trabajo en el que todos debemos estar empeñados: que no
haya tantas diferencias, que no domine la injusticia.
Y como iguales, respetar la dignidad de
las personas, especialmente a
los más débiles, a los marginados: la dignidad de la
escoria del mundo.
Los profetas clamaban una y otra vez por la justicia, la igualdad y la
dignidad de las personas. No es fácil. Es tarea de todos.
Trabajo de cada día.
Hay que vivirlo en las cosas
pequeñas:
- respetar el turno en una cola
- no tirar basura al suelo
- no consentir en los privilegios
- no usar lo público para
mí o los míos.
Todos tener
educación, salud. Cuantos menos privilegios mejor. En los
juicios: justicia. ¡Qué difícil! El Secretario de
un juzgado me decía: "Me duele el corazón por lo que veo;
sé de expedientes enteros que han desaparecido y han sido
cambiados por otros".
No basta que duela el corazón, hay que nivelar y hacer justicia.
Esta idea siempre tenía que estar en la educación. La
Iglesia en muchas ocasiones no denunció. Tenemos que pedir
perdón.
...Y preguntarme: ¿en qué
soy injusto?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigésimo cuarta
Reflexión (4/12/2004)
ORAR Y ESTUDIAR
La teología es el fruto de
la reflexión
que la comunidad
cristiana, la Iglesia,
inmersa en la realidad, hace de su fe.
Siento gozo al
recordar cómo teólogos de ayer y de hoy hacen esta
reflexión de su fe,
de la fe cristiana, católica. Muchas veces ha surgido de una
vivencia de fe en comunidad: en la comunidad, con la comunidad.
Hay dos caminos,
imprescindibles, para vivir la fe:
el estudio
y la oración
personal
La comunidad que ora y reflexiona.
Oraba
largas
horas y noches enteras y
compartía con sus discípulos.
No eran sofisticadas
elucubraciones, razonamientos. Jesús hablaba de lo que
VEÍA, de lo que
le rodeaba, de la vida de la gente de su tiempo.
- Teología:
estudio de Dios, conocimiento de Dios. Todos los
cristianos deberíamos ser amantes de la teología. Todos
los creyentes deberíamos hacer teología. Siempre
recorriendo los dos caminos:
- El estudio y la oración personal, que nos
dará serenidad y equilibrio. Si el cuerpo necesita alimento,
también el alma necesita
su
propia respiración. Necesita orar, hablar con Dios, y escuchar
la Palabra, que llegará a nosotros como una semilla
fecunda.
- Y el contacto con la comunidad, con la Iglesia, con nuestra
Parroquia. Cuanto más orante y dialogante sea la comunidad,
más fecunda será.
De esta manera, la
persona y la comunidad se convierten en "puente", mediación,
entre los hombres y Dios: El hombre conecta con Dios y sus misterios:
su gozo; y Dios derrama su gracia sobre nosotros.
- De los hombres a Dios
llevando todas nuestras penas y alegrías, nuestros trabajos;
todos los
proyectos como una ofrenda. Es el trabajo de nuestras manos.
- Y de Dios a los hombres
a través de su Iglesia, nuestra Madre y Maestra, para traer ese
don del cielo: su gracia que nos fecunda.
Con Él todo lo podemos.
P. Guillermo Santomé
Dominico

Trigésimo quinta
Reflexión
(11/12/2004)
OBRAS SON AMORES
HACER es la mejor manera de decir.
La mejor manera de creer es vivir lo que se cree.
La mejor manera de crecer es
vivir.
Nuestro modo de vida, nuestra fe es el resultado, debe ser el
resultado de lo que creemos. No hablamos del activismo. El
activismo no es bueno. Me refiero a otra cosa: Todo árbol bueno
produce
frutos buenos. Pues bien: por los frutos los conoceréis.
Proyectos, proyectos, proyectos... ¡Sublimar, soñar,
utopías! Sublimar es pensar en proyectos irrealizables, es
hablar y
hablar. Son las entelequias.
"Primero dar y luego avisar". Esta frase se refiere a un acto
violento que no puedo admitir. Pero sí me vale la idea para el
bien: primero hacer, luego evaluar. Es poner los pies en la tierra, es
pisar sobre roca, como nos pide
el Evangelio.
Mi vida la tengo que hacer cada día, con cada acto de mi
existencia.
La virtud exige una TENSIÓN de la mente y del corazón,
tanto mayor cuanto que nuestra naturaleza está inclinada al mal,
al pecado. De hecho lo está. No puedo negar que el mal tira de
mí, la flojera, el "ojo por
ojo". Para vencer esta inclinación no bastan los buenos deseos,
las buenas intenciones. Necesitamos hacer actos buenos para crear
hábitos buenos: es el fruto de una sucesión de actos
pacientemente realizados. El campeón de atletismo necesita
muchas horas de trabajo
silencioso para rebajar una marca.
Si queremos construir una ciudad, si queremos una cultura de salud
y de justicia, tendremos que crear todos hábitos de convivencia.
No basta que lo digan las leyes. No basta mandarlo. Es triste que
sólo las multas y las sanciones ordenen el tráfico de
nuestras ciudades o carreteras.
Hacer las cosas bien, más que hablar. ¡Qué
urgente siempre!
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigésimosexta
Reflexión (18/12/2004)
A LOS POBRES SIEMPRE LOS TENDRÉIS CON VOSOTROS
La Iglesia, creo que siempre ha optado por los pobres. Es Madre
de todos, pero una madre mira más al desvalido. Los pobres
también se han acercado a la Iglesia. Buscaron en ella un
espacio para
sentirse organizados, ¡con la fuerza del Espíritu!
No hace falta mucho esfuerzo para encontrarse con personas pobres,
marginadas. En todas las ciudades, en todos los pueblos. Millones de
personas viven en la pobreza, en el desempleo, en la
marginación. Millones de personas sin casa, sin hogar, sin
familia; sin salud, sin escuela, sin comida.
Ellos son un clamor y un lugar teológico: en ellos podemos y
debemos descubrir a Dios. Con ellos y desde ellos tenemos que
recorrer el camino de la liberación; el que recorre la persona
humana desde el principio de nuestra historia. Son la Iglesia viva,
la Iglesia que está pidiendo a gritos la gracia del Resucitado.
El clamor de los pobres es el clamor de la comunidad de los creyentes.
"Opción hacia la Iglesia" supone que yo me encarne en ellos,
con todas las consecuencias. Sobre todo con la primera
condición: ser pobre como ellos, ser marginado. Y esto no es
fácil. En todos los proyectos cristianos está la
pobreza, pero son pocos, muy pocos, los que deciden encarnarse en
ella... Sólo desde la pobreza es posible liberar. Jesús
no
tenía donde reclinar la cabeza.
Llegar a no tener nada. Llegar a hacer realidad que nuestra fuerza
esté en la debilidad. Evangelizar desde la pobreza, desde la
debilidad. La fuerza está en Él y en la comunidad,
Iglesia, pueblo de Dios guiado por el Espíritu.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigesimoséptima Reflexión (24/12/2004)
LA IMAGINACIÓN
Suplir la pobreza de mi realidad
con la riqueza de la IMAGINACIÓN.
Un grito recorrió el mundo: "La
imaginación al poder".
La imaginación que tiene una
mujer pobre para dar de comer a sus hijos. ¡Cuántos
ejemplos hemos conocido y conocemos! La imaginación del que se
ve privado de libertad para seguir siendo persona, para conservar su fe.
La capacidad de la imaginación
creadora no tiene límites: y esto lo estamos viendo en la
"Capilla Católica".
Reconocer la pobreza de mi realidad; la
limitación de mi ser. ¡Qué poca cosa soy! Una de
las experiencias de los astronautas es ver nuestra pequeñez.
Desde allá arriba se ve muy pequeña la tierra! Como
granos de arena.
Y sin embargo, ¡qué
presuntuosos!
La imaginación debe descubrirnos
que desde nuestra pequeñez, somos hijos de Dios; somos comunidad
que cree, celebra y vive la caridad.
Está en nuestras manos construir
nuestra persona, nuestra comunidad, nuestra ciudad.
¿Qué hago por mi
ciudad?
¿Cómo pongo a trabajar mi
imaginación al servicio de los hermanos?
Mi persona, mi ciudad, mi familia es
fruto de muchos pequeños detalles. Del trabajo de cada
día, de
la imaginación de cada uno de nosotros. Lo que no puede
mi pobreza, mi ruindad,
mi pequeñez, lo puede la imaginación: que renueva y hace
crecer las obras del Creador.
- ¿Cultivo la imaginación?
- ¿He probado a reflexionar en
grupo cómo ejercitar la imaginación?
Podemos imaginar cada uno lo mejor, lo
más conveniente para cada momento, para cada situación,
para construir el Reino de Dios. Y acertaremos!!
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigesimoctava Reflexión (31/12/2004)
EL CARNAVAL DE LA FELICIDAD
Mantener el carnaval de
la felicidad. Vivir
con la careta. Así pasa en muchos hogares, en parejas, en
comunidades.
El carnaval de la
felicidad...Personas que
parecen felices -parecen- pero rotas por dentro. Personas
deslumbrantes; en las portadas de todas las revistas, en la TV, en los
Medios de comunicación. Deslumbrantes en
sus caras pintadas, en sus ropas, en sus joyas, en sus posesiones.
La careta del
mundo; la careta de tantas personas. Los médicos,
psicólogos, consejeros, brujos... saben
que son piltrafas humanas. Muchas de estas personas deslumbrantes
son el deshecho de la humanidad. En el fondo son basura. Vidas rotas.
El Evangelio va
por otro camino: "Limpia la copa por dentro". La cara debe
ser espejo del alma. Qué bien I. Sam. 16,7: "El hombre mira las
apariencias, pero Dios mira el corazón".
No es problema de
acicalar lo exterior: los vestidos, las joyas, el último modelo.
El problema es cómo está mi interior.
La Virgen Maria estaba sin mancha. Todos los humanos nacemos manchados,
y pasa, que en vez de recorrer el
camino de la limpieza, emprendemos la tarea de embadurnarnos
más. Nos preocupamos de la salud física y no nos
preocupamos de la
salud del espíritu. ¡Es la tarea más digna!
¡Que nuestro interior sea transparente!
P. Guillermo Santomé
Dominico
Trigesimonona Reflexión (8/1/2005)
ESTAR
¿Quién está SIEMPRE donde quiere estar? De
los mortales: nadie.
Nuestra condición es estar
inacabados, haciéndonos. Es estar en camino hacia el
término de todas las cosas creadas: la muerte, que debe ser la
culminación de nuestra vida.
Siempre encontraré en mí algo de
inconformidad, intranquilidad. "Conformidad", paciencia,
quietud...
¡qué palabras!
El que tiene paciencia es dueño
del alma, controla su vida.Los occidentales tenemos que aprender la
serenidad de los orientales: la serenidad del hombre de la selva!!
"Hágase tu
voluntad". Pero no
sólo decirlo: vivirlo, dar testimonio de la SERENIDAD. Vivir la
conformidad: "Hágase". Esto me lleva a
pensar que debo confiar en Dios como si todo dependiera de ÉL.
De
hecho, todo depende de ÉL. Y trabajar como
si todo dependiera de mí; y, de hecho, casi todo depende de mi
libertad. Ese CASI es
mi limitación, mi dependencia. Lo que me debería impulsar
a ser humilde.
Implorar al Todopoderoso que nos dé el
Don de la SERENIDAD. No es
fácil. Estamos en
una civilización muy programada y con demasiadas prisas. Saber
salir de ese torbellino.
¿Qué es lo que más me inquieta?
¿Qué cosas o personas me hacen perder la paciencia?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragésima Reflexión (15/1/2005)
SOPORTAR LO INSOPORTABLE
Habló el Emperador, cuando se rindió el Japón
en la II Guerra Mundial: 15 - Agosto - 1945. Habló con voz
humana.
Todos pensaban que era Dios: la autoridad de la nación, el
principio organizador de la realidad. La gente se suicidaba por
él. Atónitos escucharon: "soportad lo insoportable.
Aguantad lo inaguantable".
Recuerdo las palabras de San Pablo:
"Hasta ahora no habéis derramado la sangre por Cristo".
Es mucho lo que tenemos que hacer:
por mi bien por el
bien de los demás. "He aquí el que quita el
pecado del mundo", dice Juan de Jesús. ¿Qué hago
por
quitar el pecado del mundo? ¿Qué hago por quitar
el pecado de mí mismo?
Nos dicen, y es verdad, que tenemos
necesidad de alegría. Nos dicen que debería ser la
forma humana de vivir: esperanza y alegría.
Soportar lo
insoportable. Aguantar lo
inaguantable. Para luchar contra el pecado Dios
no nos exige tanto. Se nos pide tomar conciencia y hacer algo positivo:
que el bien venza al mal todos los días. Cada día mejorar
nuestras
buenas obras.
Delante de nosotros tenemos muchas
personas que son ejemplo de cómo soportaron y soportan el mal;
cómo vencieron al mal.
El pueblo japonés ha sido ejemplo
de cómo cumplió las palabras del Emperador: de la ruina
al desarrollo.
Nosotros con la garantía de la gracia:
"Todo lo puedo en Aquel que me conforta".
¿Tendré conciencia que la
vida me exige esfuerzos?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimoprimera Reflexión (22/1/2005)
GUARDA LA PALABRA
Guarda la Palabra
y la Palabra te guardará a
ti.
Esta es una idea que recorre la
Biblia desde el principio al fin. Se nos pide que guardemos, que
cumplamos la Palabra. Ella nos guardará. Siempre pone el
estribillo: "Te irá bien". Dios nos repite una y otra vez
que el camino que nos presenta, los preceptos que nos manda nos
ayudarán a ir bien por la vida. Es camino seguro.
Yo me pregunto: si ésto es
tan claro, ¿por qué no hacemos caso de lo que nos
dice la Palabra de Dios? Esta es nuestra gran incongruencia: "Hago lo
que no quiero, y lo que debo hacer no lo hago". Soy respondable de
no ser feliz; soy responsable de que muchas cosas no me vayan bien.
Responsable total.
Lo primero que se me pide es que
conozca la Palabra, que la tenga presente en mi vida, que dirija mis
pasos, que sea mi alimento. Y después, que la cumpla, que la
lleve a todos los actos de mi vida.
Mi existencia debe estar inspirada en la Palabra de Dios: "me
irá bien". Te aseguro que serás más feliz,
que te realizarás como persona, que ayudarás a
construir el mundo en justicia.
La Palabra no te quita nada, al
contrario, lo amplifica todo.
¿Cuánto tiempo dedico a la Palabra? ¿La cumplo?
P. Guillermo Santomé
Dominico

Cuadragesimosegunda Reflexión (29/1/2005)
SOBRE LA VERDAD
Si a todo el que te dice una
verdad lo consideras hostil,
no avanzarás nada
en ninguna dirección.
Doy por supuesto que yo no tengo toda la verdad. Doy por supuesto que
los demás tienen sus verdades: En muchos casos
parece
como si tuvieran más claridad que el mismo Dios!
Es bueno estar con las orejas bien estiradas y atentas para escuchar y
aprender. En el diálogo, en la comunicación de cada
día debemos acostumbrarnos a percibir la verdad de los otros.
Pero hay más: atender a la verdad de mí mismo.
¡Cómo molesta que digan algo negativo de mí!
Es un hecho que yo trasmito una imagen; que los demás ven en
mí cosas que yo mismo no percibo. Son los defectos que ven en
mí, los motes que muchas veces no llegaré nunca a
conocer, a no ser que tengan confianza y un día me lo revelen.
Nunca me revelarán un defecto si mi reacción es violenta.
Tengo que tener esa disponibilidad para acoger la palabra del otro.
Porque los otros también sienten y piensan.
Es bueno que los demás no sean mis enemigos, sino hermanos que
tienen acceso a la corrección fraterna. He tenido la experiencia
de tener que acercarme a personas para hablarles de cosas suyas,
personales. Intentar ayudarles en sus vidas descarriadas o en la
encrucijada de sus relaciones con otras personas. Ha sido una de las
tareas sacerdotales que Dios ha puesto con más frecuencia en el
camino de mi vida. Casi todo el mundo ha aceptado mi atrevimiento.
Sólo, recuerdo, una persona me repitió una y otra vez que
no aceptaba mi acercamiento. Tristemente se ha suicidado.
Todo ello me ha enseñado que yo también tengo que tener
esa actitud de acogida a la crítica o corrección que los
demás me hagan.
¿Me atrevo a acercarme a corregir al que veo por el mal camino?
¿Pueden acercarse a mí?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimotercera Reflexión (27/8/2005)
¿QUÉ SEMBRAMOS?
Algunas ciudades son cloacas de basura. No sólo huelen mal, sino
que uno se siente rodeado de podredumbre. Basura y comercio ambulante
son dos lacras, dos consecuencias de la extrema pobreza. Esto se da en
muchos lugares del Tercer Mundo.
A veces también en los países desarrollados.
Todos somos culpables. Primero las autoridades. Si no saben arreglar
estos problemas que se vayan.
La Iglesia también es culpable, porque no somos profetas
denunciando los males del mundo de hoy; los males de nuestros pueblos.
No se predica contra las grandes epidemias de hoy -nuevas clases de
"peste". Hay pecados de acción y de omisión.
Pasa lo mismo con los medios de comunicación. Tienen en sus
manos medios poderosos de persuasión, pero cada uno va a su
aire, al aire del que maneja el dinero: poderoso caballero.
Todos somos culpables: tiramos la basura donde nos apetece. Un
niño llevaba dos grandes bolsas de basura, las llevaba a
donde habitualmente pasa el camión. Dos jóvenes le dicen:
"No seas tonto, tírala ahí". Y el niño dejó
la basura en medio de la calle. Todos tenemos obligación de
ponerla en su sitio.
En cuanto al comercio ambulante, el día que dejemos de comprar,
desaparece.
El problema es que muchas veces tenemos la basura en el alma, y sin
querer lo que vemos en la calle es un reflejo de lo que llevamos
dentro. Tenemos que crear hábitos sanos, limpios. Empezando por
el espíritu. Es desde dentro de nosotros de donde tiene que
salir el bien; es cada mamá la que tiene que repetir una y mil
veces lo que es un bien para mí y para la comunidad.
La basura siempre es un mal. La limpieza un bien: en las personas, en
la calle, en la comunidad y, sobre todo: en lo escondido.
¿Tengo conciencia del ejemplo que doy ?
¿ Aconsejo con la cabeza o con el sentimiento
?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimocuarta Reflexión (9/9/2005)
LO HABITUAL. SUFRIR
En el mundo hay muchos miles de personas víctimas de la
violencia, del terrorismo: muchas muertes inocentes.
Todo ello crea vidas destrozadas:
l. Con un resentimiento ante el mundo: que ha sido cruel,
que es cruel; es peligroso; no tiene sentido: arbitrario.
2. Ha creado una forma de indiferencia con los
demás. Vemos pero no nos importa nada.
3. Terminan castigándose a sí mismos. Un
sufrimiento continuo, pues viven en el penar. Indefensas ante tanto mal.
Lo habitual para muchas personas no es la felicidad, el gozo; lo
habitual es el dolor y el sufrimiento.
Todos los días estamos viendo cómo se mata, cómo
se rompen todas las normas de convivencia: en la calle, en las
competiciones de todo género, en la política.
Los grandes pecados de nuestro tiempo son el asesinato y la
provocación deliberada del sufrimiento: Se provoca el
sufrimiento, se goza haciendo sufrir al otro. Se celebra el dolor y la
muerte.
Podemos decir que para muchas personas los buenos momentos son un
regalo inesperado y fragmentario.
Mientras escribo estas lineas, entre otras muchas atrocidades del
mundo, hay un barco lleno de rehenes que puede saltar entero por los
aires; hay una ciudad en ascuas pidiendo independencia. Son las
noticias que pasan y no le damos después mayor importancia.
Hasta que te toca en tu propia carne. Entonces queda la cicatriz para
siempre.
Hay una virtud urgente: LA PIEDAD. Piedad por tantas víctimas de
la violencia; de la demencia de los que sólo tienen la fuerza
bruta.
Levinas dice certeramente: "El rostro humano comporta siempre una
prohibición: no matarás". Es decir, ante la vida: STOP.
La vida tenemos que respetarla.
Todos tenemos necesidad de profundizar en LA PIEDAD. Y que Dios tenga
piedad de nosotros.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimoquinta Reflexión
(26/9/2005)
EL "DEBER SER". LO CORRECTO
El "deber ser", lo correcto,
está inmerso en el ser.
Cuando falta ese "deber ser"
aparece el mal.
Cuando enseñamos metafísica a los estudiantes de
teología, se nos va la imaginación pensando lo bueno que
sería que todos, que todas las personas recibieran unas clases
de metafísica.
En tiempos de Aristóteles esta era una idea muy clara: todo
ciudadano debía saber algo de filosofía. Quizás
alguna vez vuelva a ser esto realidad. ¡Tan importante es este
estudio!
Allí se estudia el ser, el ser y existir de todas las cosas. Las
cosas que son existen, están ahí. Pues bien: lo primero
de todo, una verdad de Perogrullo: Que las cosas sean lo que son. No es
una tautología: si pedimos gallina, que sea gallina; si pedimos
algodón que no sea plástico. Si es persona, que lo sea y
que se comporte como persona. Si es hombre es hombre; si es mujer, es
mujer y punto.
Estamos llamados a ser lo que somos, porque en el momento que falta
algo, ya tenemos el mal. Si al hombre le falta una pierna ya tiene un
mal: porque somos seres de dos piernas. Si se nos va la memoria, ya
tenemos otro mal: porque el ser pensante tiene memoria. No son males
totales, pero sí algo incompleto.
Cuanto más nos realicemos como personas más se realiza
nuestro SER, lo que "debemos ser". Debemos ser personas
pensantes, razonables, responsables.
Al educar, una idea debe presidir esta tarea -difícil,
ciertamente-: hay que educar la totalidad, al hombre y a la mujer en
todo su ser, pero especialmente debemos educar aquello que nos
distingue de los demás seres: pensar y amar.
Educar en todo: que crezca nuestro ser físico, pero sobre todo
nuestra racionalidad, moralidad, afectividad. Ahí está
nuestra riqueza. Lo que debemos ser.
¿Alguna vez he reflexionado en la riqueza de mi ser, de mi
existir ?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimosexta Reflexión
(7/10/2005)
LA CONCIENCIA
Su función es discernir. Tarea que tenemos que hacer cada uno de
nosotros utilizando la cabecita.
Discernir. Es decir: veo, distingo lo que está bien y lo que
está mal.
La conciencia atestigua, es una flecha indicadora. Es la señal
que nos india que una NORMA nos obliga.
Obrar con conciencia no es suficiente para saber que hemos obrado
rectamente. Esto es bueno saberlo, porque va contra el orgullo de la
seguridad moral; contra el subjetivismo, es decir: es bueno lo que yo
pienso, lo que yo creo. Por ese camino andamos equivocados.
A mí me parece que, sin hablar de ello, está muy
extendida la moral de situación: se hace aquello que nos
interesa; lo que conviene. La moralidad la hacemos depender de nuestra
conciencia, de nuestro gusto: hacemos lo que creemos es bueno para
mí. A la carta, diría el Papa Juan Pablo II.
Cuántas veces hemos preguntado a grupos, a jóvenes, a
adultos reunidos en aulas: ¿Por qué mentís?. "No
miento, Padre. Digo lo que creo conveniente".
Se extiende cada vez más -y así nos crece el pelo- la
idea de que no hay pecado en lo que los moralistas dicen que sí,
objetivamente hablando. Sin embargo esas mismas personas, que son
muchas, se molestan si tú les mientes; si tú les robas.
Entonces sí, entonces estás obrando mal. Pero si lo hacen
ellos, no obran mal: hacen lo que les conviene.
No se puede dar vacaciones a la conciencia. La conciencia es recta,
está en nuestro camino, es generadora de bien cuando está
en sintonía con la norma, en sintonía con la verdad.
No es fácil estar siempre despiertos para hacer lo CORRECTO. Lo
correcto es algo concreto y determinado: es lo que se debe hacer.
Hay un medio eficaz para formar y tener viva la conciencia: el
examen. Hay que examinar los actos que hacemos, si es posible
todos los días: un minuto, pero hacerlo. También es bueno
hacer este examen en grupo y que los demás nos ayuden a
conocernos y a hacer las cosas bien.
¿Doy vacaciones a mi conciencia en algún momento? No
todo vale en la vida; en la vida sana, en la vida cristiana.
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimoséptima Reflexión
EL OTRO
Nadie puede intentar ayudar a nadie
sin tener en cuenta lo que quiere y cómo es
No ayudo para realizarme yo, sino para
que el otro se realice. Lo demás es manipulación,
imposición. Porque no se cumple: "Conviene que yo disminuya y
que él crezca".
Ayudar en lo que el otro quiere. Ayudar como el otro quiere = lo que
desea y cómo lo desea.
Cuántas veces hemos hablado de este tema en la relación
de la pareja.
Muchos no hemos acertado a amar como Dios mansa. Kant decía
sabiamente que se ama de verdad cuando yo integro mi deseo, mi voluntad
en el fin de la persona amada:
Entro en sus intereses, en sus gustos, en sus ideales.
Solemos amar como nos parece, como nos gusta a nosotros. No amamos como
desea ser amado el otro o la otra.
Olvidarme de mí para entrar en la órbita del otro.
Nunca olvidaré a Ceci, joven bella: Nunca se había
sentido amada. Su esposo era un egoísta total. La esposa no
sentía el cariño de nadie.
¿Por qué, Ceci? "Mira, Guillermo, el día que
sienta el amor de alguien me enamoraré de él. Pero no
debo sentirlo, porque yo estoy casada."
Nunca la habían amado como deseaba.
Tarea - asignatura pendiente.
Y, como el amor es siempre relación de dos: al amar los dos
tenían que tener el mismo deseo de complacer.
¿Amo como los demás lo desean?
¿Busco lo mío o lo de los demás?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimoctava Reflexión
VIDAS ROTAS
A la salida de la Misa: "Necesito hablar
con usted. A los 12 años me violó mi padre. Me
obligó a declarar que me había violado un joven.
Está en la cárcel todavía. Luego mi padre me
obligó a abortar. Tengo 13 años. He tenido varios hombres
durante semanas, meses. Ahora tengo miedo. El último que anda
conmigo es maricón."
La violación por padres, hermanos, familiares, tíos,
padrinos. Los malos tratos, el aborto, los abusos estando "tomaditos"
(borrachos).
El mundo pobre y reducido de la comunicación. Un mundo muy bajo
lleno de basura.
¡Tantas veces, Señor, hemos escuchado estas historias!
Estos temas no sólo se dan en la intimidad de la
Confesión o de una consulta. Está en la portada de los
periódicos. Los airean diariamente en uno y otro canal de
Tv.
Vidas rotas en los años más tiernos.
Todo lo que hemos indicado es más frecuente de lo que podemos
imaginar. Hay grupos humanos en que los jóvenes de ambos sexos
han tenido sus primeras experiencias sexuales dentro del seno de sus
familias, con padres, hermanos, tíos, primos, padrinos. Unas
veces voluntariamente; muchas con violencia.
Recuerdo, no como algo aislado, la mamá que me decía
asustada cómo a media noche se metía su hijo en su cama
intentando hacer el amor con ella.
Estas imágenes acompañan a muchas personas durante toda
la vida. La depresión y la neurosis, no vienen, no tienen origen
en el viento, sino en hechos muy reales y traumatizantes.
Es la basura del mundo.
¿Cómo participo yo de esta basura?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Cuadragesimonona
Reflexión
DINÁMICA DEL PODER
"La dinámica del poder es feroz,
pertenece al orden de lo animal y lo salvaje."
Personas sólo en el poder o enfiladas al poder. Se pueden
escribir libros enteros sobre este tema. No hablo de oídas,
hablo de una experiencia propia. Vivida en el seno de las familias.
vivida en comunidades creyentes, vivida en el trabajo cotidiano.
Hay un refrán: "Del que manda y del mulo, cuanto más
lejos, más seguro". ¿Por qué? El mulo da coces,
también algunos que están en el poder.
He visto poderosos, "mandamás", superiores que en vez de
acariciar, mordían. En vez de hablar, gritan. Poderosos,
superiores, "mandamás" que eran y son barriles de vinagre en vez
de ser un poquito de miel.
El poder corrompe. Cuánto más poder, más
corrupción.
Párrocos dueños y señores de su comunidad;
caciques, déspotas. Haciendo sufrir a los fieles, haciendo
llorar a las almas. ¡Y nadie los mueve de allí! En el
poder toda la vida.
Recuerdo un religioso que al salir de hablar con su superior me
decía: "Guillermo, me duele en el corazón". ¡Tanto
le había regañado! Al día siguiente murió
de un infarto.
¿Para qué están los que mandan? Para servir. Y no
hay otra definición.
En la vida política, en la religión, el poder no es para
pisar , sino para hacer crecer a las personas, ayudar a crecer a la
comunidad.
En realidad el mejor superior, el mejor gobernante es aquel que no se
nota, que nos hace felices.
Manipular y trepar, dos características del poder, hoy. Y algo
más: Estar corrompido.
¿Tengo afán por trepar, por mandar?
¿Manipulo para tener poder, o que lo tengan los amigos?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Quincuagésima
Reflexión
LA BASURA
¿Dónde llevar la basura
radiactiva? No se puede al mar. Producimos tecnología que nos
mata.
Se llama efecto "boumerang". Tanta tecnología que ahora no
sabemos ni podemos controlar.
Estamos luchando por un mundo más limpio. Estamos endiosados con
la ecología y sin embargo, tenemos más basuras que nunca.
Para colmo basura radiactiva.
Estamos rodeados de paraguas radiactivos: antenas por todas partes
cargadas de ondas electromagnéticas, aparatos de
televisión, ordenadores, microondas, etc., etc. Todo ello no
sólo contaminando el ambiente, sino a las personas, contaminando
el aire que respiramos, la comida que comemos.
Lo peor es que los efectos fundamentales no serán para nosotros.
Serán para los que vienen, para las generaciones futuras.
Inimaginable. Vamos a confiar en Dios.
Pero hay una pregunta: ¿Se han planteado alguna vez los
tecnólogos si todo lo que se construye es moral, es
válido, desde el punto de vista correcto?
Creo que no todo es válido. No es válida la carrera
armamentista. No es válida la nuclearización de nuestra
existencia. No es válido sembrar tierra y mar de residuos
radiactivos.
Precisamente en las grandes incógnitas de la humanidad, en las
grandes incógnitas del progreso es donde más
tendría que participar la ética:
- Tener en cuenta el plan de Dios.
- Tener en cuenta al hombre: presente y futuro.
Somos constructores o destructores del futuro.
¿Soy productor de basura? ¿Dónde deposito mi
basura?
P. Guillermo Santomé
Dominico
Siguientes Reflexiones
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Oración Católica, por expreso deseo del Padre Guillermo
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