SOY CATÓLICO
San Pacián de Barcelona, 375 dc dijo: "Cristiano es mi nombre y Católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos es por esta forma que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético."
(Carta a Sympronian.)

¿Por qué la Iglesia es católica?

La palabra católico/a viene del Griego "kath’holon" que significa "de acuerdo con el todo". Esta palabra hace su primera aparición en la literatura Cristiana con San Ignacio de Antioquía, por el año 110 dc. En su carta Ad Smyr dice: "Allí donde está Cristo está la Iglesia católica".

El Martirio de Policarpo, escrito cincuenta años después lo describe como "Obispo de la Iglesia Católica de Esmirna."

El concepto es desarrollado por San Cirilo de Jerusalén, quien dice:

"La Iglesia es Católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes" -(Catechesis 18:23).

San Agustín utiliza en sus escritos el nombre de "católica" 240 veces entre los años 388 y 420 dc.

En el período medieval encontramos que emergen las bases para una más profunda teología sobre la catolicidad, ayudado este hecho por la expresión dominante de Iglesia como la "reunión de los fieles" (congregatio fidelium), la cual está abierta a la noción de universal.

Santo Tomás de Aquino desarrolla los diversos elementos de la teología de la catolicidad. La Iglesia es universal en tres sentidos:

1. Se encuentra en todos los lugares (cf. Rom 1:8), teniendo tres partes: en la tierra, en el cielo y en el purgatorio.
2. Incluye personas de todos los estados de vida. (Gál 3:28)
3. No tiene límite de tiempo desde Abel hasta la consumación de los siglos.


Fundación de la Iglesia

Nuestro Señor le dijo a Pedro: [Mateo 16, 17-19] "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, (que yo soy el Cristo, el Hijo del Dios vivo) sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos."

Así, que sabemos que estamos en buenas manos cuando conocemos que la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica. El Papa es el Vicario de Cristo, el sucesor de Pedro el Apóstol.


Escritura y Tradición

La Iglesia tiene bajo su custodia las Sagradas Escrituras, toda revelación que ha sido dada por Dios a su gente y su explicación, se basa en las Sagrada Escrituras. La Sagrada Tradición también es parte de sus bases y nosotros nos adherimos a la Tradición para poder respetar la autoridad de la Iglesia. Nuestro Señor le dijo a los apóstoles "El que os escucha a vosotros me escucha a Mí, el que os rechaza a vosotros me rechaza a Mí. Aquel que me rechaza, rechaza a aquel que me envió."

Protestantes



Muchos han cuestionado las enseñanzas de la Iglesia a través de la Historia, ellos han desecrado la Verdad por eso han recibido el nombre de herejes.

La Iglesia en su Sabiduría ha tenido varios concilios para proclamar ciertas enseñanzas como Dogmas, los cuales quieren decir verdades definitivas o principios que no pueden ser cambiados.

El Protestantismo ha desafiado las enseñanzas de la Iglesia y se ha alejado de la doctrina sólida trasmitida por los Apóstoles.

Los Protestantes niegan el Sacerdocio, el poder del Sacerdote para perdonar los pecados. Ellos no creen en la verdadera Presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, no creen en la autoridad del Papa, no aceptan los dogmas de la Iglesia Católica, no creen en la Santidad de La Virgen María y en el poder de su intercesión, no creen en la intercesión de los santos, no creen en el Purgatorio; en síntesis ellos no creen lo que nosotros los Católicos creemos en nuestro Credo. Existen miles de diferentes denominaciones cristianas reclamando ser la verdadera Iglesia, pero nosotros sabemos que el Señor dijo: " Sobre ti Pedro, la roca, Yo fundo mi Iglesia", no mis iglesias.

No podemos basar nuestra fe solamente en las Escrituras, porque aún San Pablo refiriéndose a la Sagrada Eucaristía dice: "Lo que yo he recibido del Señor también os trasmito a vosotros..."; en la segunda carta a los Tesalonicenses 2:15 él dice, "Así hermanos y hermanas, manteneos firmes y aferraos a las tradiciones que nosotros os enseñamos, ya sea de palabra o por carta."

Muchos Cristianos reclaman que la Biblia es su única autoridad, pero eso no es lo que nos enseña la Biblia, realmente en la Segunda carta de Pedro 1:20-21 leémos: "Entendiendo ésto primero, que no profecía de Escritura se puede hacer a través de la interpretación privada" (En otras palabras ninguna profecía o escritura es asunto para nuestra interpretación única o personal).

Estracto del artículo publicado por "El trabajo de Dios" (www.theworkofgod.org)

Cristo llamó a la Iglesia, "MI IGLESIA", ésto es lo que aparece en el Nuevo Testamento, pero por la tradición de los Apóstoles y de los Padres que fueron discípulos de los Apóstoles y directamente instruidos por ellos, ha llegado hasta nosotros el nombre de católica.

Sabemos que la Iglesia Católica es la misma que el Señor fundó sobre Pedro, "la roca". Jesús comisionó los Apóstoles para proclamar el Evangelio, para hacer discípulos de todas las naciones y para bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La Iglesia de hoy es la misma de hace 2000 años, todavía tenemos las mismas enseñanzas que el Señor le entregó a los apóstoles y poseemos la misma fuente de Gracia para nuestra Salvación: los Sacramentos.
(Catholic.net)

A la Biblia Protestante le faltan libros

En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán y agrupó los siete libros deuterocanónicos bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer."

La historia demuestra que no es verdad lo que dijo Lutero. Siempre los cristianos habían reconocido esos libros como parte de la Biblia. Los concilios del siglo IV y posteriores habían confirmado la creencia cristiana. La opinión de Lutero era mas bien la de los judíos que seguían la traducción de Jamnia. Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión. Es por eso que sus seguidores, los protestantes carecen, la mayoría sin saberlo, de los 7 libros deuterocanónicos de la Biblia:

·    Tobías
·    Judit
·    Ester
·    I Macabeos
·    II Macabeos
·    Sabiduría
·    Eclesiástico (también llamado "Sirac")
·    Baruc

Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino que se tomó la libertad de separar los libros del Nuevo Testamento de la siguiente manera:
·Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
·Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
·Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.

Gracias a Dios, los protestantes tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon.

Los protestantes y evangélicos se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por los concilios del siglo IV para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del Antiguo Testamento.

Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.

Clarificación Católica del Canon

La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico.  Confirmó así la fe cristiana de siempre y dijo que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.

Esta enseñanza del Concilio de Trento fue ratificada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II  (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura).

La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso culminado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica por cuya autoridad se establece el canon definitivo.



La Iglesia de Cristo es Una


Existe una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él. Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares. Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma.

La falta de unidad entre los cristianos es ciertamente una herida para la Iglesia; no en el sentido de quedar privada de su unidad, sino "en cuanto obstáculo para la realización plena de su universalidad en la historia". Es, por lo tanto, contraria al significado auténtico del texto conciliar la interpretación de quienes deducen de la fórmula "subsistitin", la tesis según la cual la única Iglesia de Cristo podría también subsistir en otras iglesias cristianas.

"Creemos que esta única religión verdadera subsiste en la Iglesia católica y apostólica, a la cual el Señor Jesús confió la obligación de difundirla a todos los hombres, diciendo a los Apóstoles: "Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado" (Mt 28,19-20). Por su parte todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo referente a Dios y a su Iglesia y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla". (Padres del Concilio Vaticano II)

"Hay sólo una Iglesia universal de los creyentes fuera de la cual nadie puede salvarse". (Papa Inocencio III, Cuarto Concilio Lateranense)

"Nadie, aun cuando su sangre lloviera por el Nombre de Cristo, puede salvarse, a menos que permanezca dentro de la unidad de la Iglesia católica". (Papa Eugenio IV, la Bula Cantate Domino)

"Nosotros declaramos, decimos, y definimos, y pronunciamos que es completamente necesario para la salvación de cada criatura humana estar sujeto al Pontificado romano". (Papa Bonifacio VIII, Bula Unam Sanctam, 1302)

"Fuera de este cuerpo, el Espíritu Santo no da vida a nadie... Aquellos que están fuera de la Iglesia no poseen al Espíritu Santo. Solo la Iglesia católica es el Cuerpo de Cristo... y si un hombre se separa del Cuerpo de Cristo, no es uno de Sus miembros, ni es alimentado por Su Espíritu".
(Pablo VI)

"Cristo, es la Cabeza del Cuerpo de la Iglesia" (Col. 1, 18). "Nosotros, muchos, somos un solo cuerpo en Cristo" (Rom. 12, 5). "Por eso mismo que es un cuerpo, es la Iglesia visible a los ojos"
(León XIII: encíclica Satis cognitum)

Como miembros de la Iglesia se cuentan realmente sólo aquellos que recibieron el sello del Bautismo y profesan la verdadera fe, no se separan voluntariamente del organismo del cuerpo, ni fueron de él cortados por la legítima autoridad en razón de culpas gravísimas. "Todos nosotros, dice el Apóstol, fuimos bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo, judíos o gentiles, esclavos o libres" (I Cor. 12, 13).

Por lo tanto, como en la verdadera sociedad de los fieles hay un solo Cuerpo, un solo Espíritu, un solo Señor, así no puede haber sino una sola fe (cfr. Efe. 4, 5), y por eso quien rechaza oír a la Iglesia, ordena el Señor sea tenido por gentil y publicano (cfr. Mateo 18,17). Por consiguiente, los que están entre sí divididos por la fe o por el gobierno, no pueden vivir en este Cuerpo único ni de su único Espíritu Divino.


"Ni todos los pecados, aún graves, son en su naturaleza tales que separen al hombre del cuerpo de la Iglesia como hacen los cismas, la herejía y la apostasía".
(Papa Pío XII)


Documento completo: corazones.org


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