ESTOS
RELATOS SON
UNA RECOPILACIÓN HALLADAS EN FUENTES FIDEDIGNAS, PARA DAR GRACIAS Y
GLORIA A
DIOS POR SU “DIVINA MISERICORDIA” EN JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR.
El valor infinito de
la misa
I. Leemos en el Génesis (22, 1-19) cómo Dios probó la fe de Abrahán: Le
había prometido
que su descendencia sería como las estrellas del cielo. El Patriarca
creyó a
pesar de llegar a una edad avanzada, y a pesar de que su mujer era
estéril.
Isaac vino finalmente al mundo, y más tarde Dios le mandó que lo
sacrificara.
Pero en el momento que iba a sacrificar a su hijo, el Ángel del Señor
le
detuvo: y fue premiado largamente por haber obedecido. Los Padres de la
Iglesia
han visto en el sacrificio de Isaac un anuncio del sacrificio de Jesús.
Isaac,
el único hijo de Abrahán, el amado, cargado con la leña hacia el monte
donde va
a ser sacrificado, es figura de Cristo, el Unigénito del Padre, el
Amado, que
camina con la cruz a cuestas hacia el Calvario, donde se ofrece como
sacrificio
de valor infinito por todos los hombres. El Sacrificio de la Cruz se
renueva en
la Santa Misa, por eso cada Misa tiene un valor infinito, inmenso, que
nosotros
no podemos comprender del todo.
II. En cada Misa se ofrecen infaliblemente a Dios una adoración, una
reparación
y una acción de gracias de valor sin límites, porque es Cristo mismo
quien la ofrece
y el que se ofrece. Por eso, es imposible adorar mejor a Dios,
reconocer su
dominio soberano sobre todas las cosas y sobre todos los hombres. Es la
realización
más acabada del precepto: Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo
servirás
(Mateo, 4, 10). También es imposible dar a Dios una reparación más
perfecta por
las faltas diariamente cometidas, y agradecerle mejor los bienes
recibidos que
la Santa Misa. ¡Qué honor tan grande el de los sacerdotes, al prestarle
a
Cristo la voz y las manos en el sacramento eucarístico! ¡Qué grandeza
la de los
fieles de poder participar en tan gran Misterio!
III. Además de los frutos de alabanza y de adoración a Dios, también
produce la
Santa Misa, de modo infinito e ilimitados en sí mismos, los frutos de
remisión de
nuestros pecados y de impetración de todo aquello que necesitamos, pero
son finitos
y limitados según nuestras disposiciones. Por eso es tan importante la
preparación
del alma con la que nos acercamos a participar de este único
Sacrificio, y los
momentos de recogimiento, ya terminada la acción sagrada. "Estás allí
-pregunta el Santo Cura de Ars- con las mismas disposiciones que la
Virgen Santísima
en el Calvario, tratándose de la presencia de un mismo Dios y de la
consumación
de igual sacrificio?" (Sermón sobre el pecado). Pidamos a Nuestra
Señora
que la celebración o la participación del sacrificio eucarístico sea
para
nosotros donde se sacian y se aumentan nuestros deseos de Dios.
A
continuación, conozcamos algunos Milagros
Eucarísticos dados por Dios
para la conservación y aumento de Fe en nosotros y en nuestras
familias, para
seguir adelante junto con nuestra Madre Maria, hacia Jesús.
El
milagro
de Alboraya
En
una noche de julio de 1348, el párroco de Alboraya, Valencia (España)
fue a
llevar Viático a un moribundo. La tormenta que amenazaba no le arredró
pues era
un sacerdote amante de la Eucaristía.
Terminada
su visita, justo cuando se disponía a regresar, irrumpió con fuerza la
amenazante tormenta. Pensó que no podía quedarse en aquella casa toda
la noche
y, aprovechando un momento de calma temporal, se lanzó al camino con el
copón
fuertemente agarrado cerca de su pecho. La tormenta no cedía y el
camino estaba
oscuro y repleto de lodo.
Prosiguió
su camino hasta llegar al paso más difícil, barranco de Carraixet.
Descubrió
que el agua estaba muy subida y solo una tabla servía de puente. Con
renovada determinación
se dispuso a cruzarlo, pero a mitad de aquella tabla, perdió el
equilibrio,
resbaló y perdió control del copón que cayó en las tumultuosas aguas
del
torrente.
El
párroco no se detuvo. Con extraordinaria valentía se lanzó a las aguas
para
rescatar las tres hostias que llevaba. Luchó con todas sus fuerzas
contra la
corriente, pero fue en vano. Las aguas se tragaron el copón.
La
noticia se propagó por toda la zona y muchos hombres se presentaron
para ayudar
con el rescate. Trabajaron toda la noche y, por fin, con las
primeras
luces del día, apareció el copón. Pero... ¡estaba vacío! Se habían
perdido las
tres Formas que contenía. La desolación de Alboraya fue
indescriptible.
Inmediatamente se organizaron actos de reparación y honra a la
Eucaristía.
Fue
entonces que el Señor les respondió con un gran Milagro que fue
testimoniado
por cien crónicas. A la luz de la aurora, allí donde el torrente
desemboca al mar,
todos los vecinos de Alboraya pudieron ver cómo tres peces se mantenían
erguidos
sobre la corriente, cada uno sosteniendo en la boca entreabierta una
Hostia consagrada.
Aquellos devotos cayeron de rodillas, mientras alguien corrió a
comunicar al
párroco aquel portento. Los tres peces siguieron inmóviles en medio de
la
corriente hasta que el sacerdote, revestido de ornamentos sagrados, se
acercó a
la ribera.
Mientras
todos cantaban al Señor, los tres peces fueron depositando las tres
Formas en
manos del sacerdote. Siguió una procesión para trasladar el Santísimo
hasta la
iglesia del pueblo.
El
copón del milagro se conserva aún hoy como perpetuo recuerdo del
milagro. En el
se han grabado las siguientes palabras: "¿Quién negará de este Pan
el
Misterio, cuando un mudo pez nos predica la fe?"
El Milagro
Eucarístico de Avignon. 1443
Avignon es conocida por haber sido residencia de los papas, pero hay otra importante razón que nos lleva a peregrinar hasta Avignon: El milagro Eucarístico que allí ocurrió. Antecedentes Para poder entender el significado del milagro Eucarístico, tenemos que remontarnos al año 1226, o sea, 217 años antes del milagro. La herejía Albigense, la cual tomó su nombre de la cuidad de Albi, Francia, se propagaba por todo el sur de Francia rechazando todos los sacramentos, especialmente el matrimonio y la Eucaristía. Esta herejía fue condenada por la Iglesia desde el Siglo XI, pero no fue hasta que los Albigenses empezaron a atacar seriamente a los gobiernos seculares desde sus fortalezas, que los gobernantes los denunciaron y los privaron de la protección de las leyes. Los Albigenses eran muy poderosos en 1226, especialmente en el Sur de Francia, donde se encuentra Avignon. Para combatir sus ataques contra la Presencia de Jesús en la Eucaristía, el Rey Luis VIII, padre de San Luis IX, construyó una iglesia cerca del río Sorgue en honor del Santísimo Sacramento. También escogió el 14 de septiembre de 1226, la fiesta de la "Exaltación de la Santa Cruz", para hacer un acto público de reparación por los sacrilegios cometidos por los Albigenses. Se hizo una procesión con el Santísimo Sacramento que terminó en la nueva iglesia de la Santa Cruz. El Rey esperaba para recibir la procesión en la Iglesia de la Santa Cruz vestido de saco, una soga ceñida a su cintura y una vela en su mano. A su lado estaba el Cardenal Legate, toda su corte y muchos fieles. La procesión por toda la ciudad fue dirigida por el Obispo Corbie. El Santísimo permaneció expuesto toda la noche y por varios días, hasta que el obispo decidió que el Santísimo debería quedarse perpetuamente expuesto. Esta costumbre fue continuada por sus sucesores y aprobada por el Santo Padre. La Iglesia fue custodiada por los Penitentes Grises, de la Orden Franciscana y después de 200 años de adoración perpetua ocurrió un milagro espectacular.
El Milagro El Sorgue es un río que pasa por la cuidad de Avignon. El río se desbordaba cada ciertos años. Cuando esto ocurría, el agua inundaba las casas y fincas de los alrededores. A fines de noviembre de 1433, después de fuertes lluvias, vino una gran inundación. El agua penetró más que en años anteriores. Fue una de las peores inundaciones conocidas. En las noches del 29 y el 30 de noviembre, el nivel del agua subió a gran altura. Los Penitentes Grises de la Orden Franciscana estaban seguros de que la pequeña iglesia de la Santa Cruz se había inundado y decidieron ir allí para salvar la Eucaristía y traerla a tierra seca. Dos de los superiores de los Penitentes Grises se subieron en un bote y remaron hasta la iglesia. Cuando llegaron, descubrieron que el agua había subido hasta la mitad de la puerta de la entrada de la iglesia. Sin embargo, cuando abrieron la puerta, para su sorpresa, encontraron que el pasillo, desde la puerta hasta el altar, estaba completamente seco. El agua se había acumulado formando paredes de agua a derecha e izquierda del pasillo, como a cuatro pies de altura. Nuestro Señor Jesús, en la Hostia Consagrada en la custodia, permanecía regiamente sobre el altar, completamente seco. El milagro recuerda lo que cuenta la Biblia sobre el Mar Rojo que se parte ante el ingreso de los Israelitas y la división del río Jordán ante la entrada en el del arca de la alianza. Realmente, también les pareció de esa forma a los Penitentes Grises. Buscaron a otros miembros de los Penitentes Grises para que fueran y verificaran el milagro. Los cuatro Frailes oraron juntos y llevaron la custodia que contenía el Santísimo Sacramento a una Iglesia Franciscana en tierra seca. Cuando colocaron la custodia en el altar, leyeron del libro del Éxodo sobre la División del Mar Rojo (Éxodo 14:21): "Moisés tendió su mando sobre el mar e hizo soplar Yahvé sobre el mar toda la noche un fortísimo viento solano, que le secó, y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel entraron en medio del mar, a pie enjuto, formando para ello las aguas una muralla a derecha e izquierda." Los Franciscanos escribieron el testimonio de los cuatro Frailes en los registros de su comunidad, donde se conservan hasta hoy día. En este tiempo se creó una tradición que todavía está en práctica. El 30 de noviembre, de cada año, en la capilla de la iglesia de Avignon, los Penitentes Grises se ponen una soga alrededor del cuello, y arrastrándose piadosamente en sus manos y rodillas, vuelven a crear el incidente, trayendo a la memoria los pasos que siguieron sus antepasados, por el mismo camino que siguieron la noche del milagro. Hoy permanece la iglesia y la tradición del milagro. Los frailes le dan gracias a Nuestro Señor Jesús en el Santísimo Sacramento por haberles dado una señal tan poderosa de su Presencia Real. Los Peregrinos, especialmente esos con hambre de la Eucaristía, todavía visitan la pequeña iglesia a la orilla del río, para venerar y darle gracias al Señor por habernos dado este regalo especial en un momento en que se necesitaba Su Fortaleza. Significado del Milagro ¿Cuál es el significado de este milagro? ¿Por qué fueron usados los símbolos del Éxodo de los Judíos en su cautiverio para que este milagro sucediera? ¿Podría ser que el Señor estaba usando este signo del Milagro Eucarístico para liberar a Su pueblo de las ataduras del pecado? En el mundo de hoy, nos encontramos cautivos de una forma muy sutil, y destructora pues muchos ni se dan cuenta de que son esclavos. Estamos en un mundo de materialismo, consumismo, libertinaje y ateísmo. Nuestras vidas se encuentran manipuladas por la presión de amistades, películas, revistas, discos y anuncios de televisión. Drogas, alcohol, aborto, relaciones sexuales desordenadas, desprecio a la guía de los padres, egoísmo, y muchas otras cosas dominan las vidas de multitudes. Los que tienen la valentía de resistir las pasiones bajas para vivir el auténtico amor cristiano se encuentran bajo ataque constante. Sin embargo, tenemos un arma. El mismo milagro que el Señor realizó en la pequeña iglesia en Avignon ocurre para nosotros todos los días durante la Consagración en la Santa Misa. Nuestro Milagro Diario de la Eucaristía, puede librarnos de cualquier invasor. Nosotros tenemos que saber vivir y depender del milagro Eucarístico que se nos da cada día. No podemos sentarnos y esperar que algo suceda cuando recibimos el Milagro de la Eucaristía. Tenemos que ir hacia adelante, abrazarlo a El, y tomarlo a El en nuestro corazón. Así nos encontraremos liberados de la esclavitud del mundo, y de todas sus falsas enseñanzas. El Milagro Eucarístico de Avignon nos recuerda la proclama de Jesús en Lucas 4:18: "Me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar un año de gracia del Señor." El Milagro Eucarístico
que ocurre en cada iglesia, capilla, parroquia católica todos los días
para liberarnos. ¿Como le respondemos a Jesús?
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EL MILAGRO
EUCARISTICO DE CASIA
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HISTORIA DEL
MILAGRO EUCARÍSTICO DE CASIA, ITALIA
venerado
en la
Basílica Inferior del Santuario de Santa Rita..
Casia es un hermoso pueblecito anidado en las montañas de la Umbría.
Este
pueblo es mas conocido por su hija Santa Rita cuyo cuerpo descansa en
la
basílica, pero también aquí se conserva la reliquia de un insigne
milagro
Eucarístico que tuvo lugar en Siena,
Italia, en 1330.
En la capilla del milagro, debajo del tabernáculo hay una caja de cristal con los huesos del Beato Simone Fidati, quien estuvo envuelto en el Milagro Eucarístico. El Padre Simone fue sacerdote Agustino durante la mitad del siglo 14. Era conocido a través de la Umbría como un hombre sabio y santo, a pesar de que era muy joven. Otros sacerdotes le buscaban para confesarse. Durante el tiempo que el Beato Simone estuvo asignado al monasterio Agustino de Siena, un día un sacerdote vino a el para hacerle esta extraña confesión.
Había perdido su respeto
por la Eucaristía. De esto nosotros podríamos
deducir que el posiblemente no creía que en la Presencia Real de Jesús
en la
Eucaristía. En la vida de este sacerdote no quedaba entusiasmo. Hacía
las cosas
por rutina y porque tenia que hacerlo, pero cada vez se desprendía mas
y mas de
Dios y de su congregación.
Este sacerdote recibió
una llamada de un enfermo. En vez de poner la
Eucaristía en el relicario para llevarla cerca de su corazón, el
sacerdote tomó
la Hostia e irreverentemente la puso entre las páginas del Breviario.
Cuando
llegó a la casa del enfermo, lo preparó para recibir la Eucaristía.
Abrió el
libro para tomar la Hostia y darle la comunión. Al abrir el libro, el
sacerdote
fue sacudido al encontrar en su lugar dos manchas redondas de sangre en
las
páginas, una frente a la otra. El sacerdote se fue de la casa con gran
pánico,
e inmediatamente buscó a Beato Simone, quien era conocido por su
santidad.
Beato Simone, escucho al sacerdote contarle su pecado y el milagro, y le dio la absolución. Pero obtuvo de el las dos páginas manchadas de sangre. Una fue puesta en un tabernáculo en Perugia y la otra, con la Santa Hostia adherida fue al monasterio Agustino en Cascia.
El milagro Eucarístico ha sido venerado a través de los años en el monasterio Agustino de Cascia. Fue verificado por el Obispo de allí. Ha sido llevado en procesión solemne durante la fiesta del Cuerpo de Cristo. El Papa ha concedido indulgencias especiales a esos que veneren el Milagro Eucarístico.
En 1930, hubo un Congreso Eucarístico en Norcia, cerca de Cascia. En esta ocasión se hizo una hermosa Custodia para llevar el Milagro Eucarístico. Fue un honor del Sexto Centenario del milagro. Cuando una nueva iglesia en honor de Santa Rita fue construida, al lado del monasterio Agustino, se construyo una capilla especial para el Milagro Eucarístico.
A este milagro se le
atribuye un fenómeno muy extraño. ¿O podría ser un
milagro dentro de un milagro? A través de los años las personas
empezaron a
notar un cambio en la pagina con la mancha de sangre. Un rostro comenzó
a
aparecer en la página. Es casi como si un color mas oscuro apareciera
en
ciertas partes de la página. Hay algunos que ven el rostro de Cristo.
Cuando el
sacerdote en el santuario abre el tabernáculo para mostrar a los fieles
el
Milagro Eucarístico, se pone sus vestimentas. Cuando trae la Custodia
al Altar,
pone una linterna detrás de la página para mostrar el rostro. Es un
perfil
perfectamente formado de un hombre con barba y bigote.
El
milagro Eucarístico ha sido venerado durante siglos por los fieles y su
culto
promovido por los Sumos Pontífices con la concesión de especiales e
importantes
indulgencias, como la de la Porciúncula, que le fue decretada por el
Papa
Bonifacio IX en 1401. El prodigio es conmemorado de forma especial en
la fiesta
del Corpus Christi en que se lleva la reliquia en solemnemente
procesión.
Para conmemorar el sexto centenario del prodigio en 1930 se celebró un
congreso
eucarístico de la diócesis de Nurcia en Casia, se inauguró una
artística
custodia y fue publicada toda la documentación histórica disponible
sobre el
suceso.
En la misma Iglesia donde está el cuerpo de Santa Rita, se ven alrededor del altar principal, los Milagros de Bolsena/Orvieto, Lanciano, San Antonio y el Burro, Santa Clara de Asis y los Sarracenos, y la Multiplicación de los Panes y los Peces. Otro vitral muestra un libro abierto, con dos manchas redondas rojas en las páginas una frente a la otra, este es el Milagro Eucarístico de Cascia.
(Dr. A. MORINI- La reliquia del «Copus Christi» de Casia. Librería Editrice Fimentina - 1930)..
milagro
eucarístico de cebreiro Por el
camino de Santiago Hoy día Cebreiro sigue siendo una pequeña aldea. Su gran tesoro es la Iglesia del milagro Eucarístico, de factura prerrománica, del siglo IX, con tres sencillas naves de ábsides rectangulares y una torre. Preside en el presbiterio la imagen de un Cristo Gótico1. Los monjes benedictinos levantaron y custodiaron este templo desde el año 836 a 1853, ¡mas de mil años!. Los monjes de Aurillac, que llamó Alfonso VI, permanecieron en el Cebreiro desde 1072 a 1487, fecha en la que los Reyes Católicos obtuvieron del Papa su anexión a San Benito el Real de Valladolid. Los monjes abandonan el Cebreiro en 1853, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. El Milagro Eucarístico.
Jesús quiso afianzar no solo la fe de aquel monje sino de todos los hombres. Noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo en la Eucaristía. A pesar del tiempo, guerras e incendios2, el milagro llega a nuestro siglo tan carente de fe, como signo poderoso de la verdad: Cristo está vivo, resucitado, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía. Los protagonistas de la historia, el monje y el campesino, tienen sus mausoleos en la iglesia, cerca del lugar del milagro Eucarístico.
En 1486 los Reyes católicos, peregrinos a Compostela, se hospedan con los monjes, contemplan el milagro y luego, donan el relicario donde se ha guardado el Milagro hasta el día de hoy. En los primeros años del siglo XVII el P. Yepes escribía: "Yo, aunque indigno, he visto y adorado este santo misterio, he visto las dos ampollas en una de ellas está la sangre, que parece apenas coagulada, roja como la de un cabrito recién sacrificado, he visto también la carne, que es roja y seca". El Cáliz y la Patena son afamadas piezas románicas del siglo XII. Este cáliz preside el escudo de Galicia. La leyenda del Santo Grial gallego, como se conoce a este cáliz, se ha extendido por toda Europa. Cebreiro y el Milagro han influido en la obra de Wagner. Notas
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MILAGRO
EUCARISTICO DE DAROCA
(1239 )
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Introducción
La pintoresca ciudad de Daroca está situada a unas 50 millas de Zaragoza. Es la primera población española, y quizás del mundo, que estableció una fiesta pública en honor al Santísimo Sacramento.
Fue escogida por Nuestro Señor Jesús para ser la custodia del Milagro Eucarístico. Contra una gran lucha y oposición, el Señor escogió este lugar, y lo hizo todo a Su manera.
Historia del Milagro
Eucarístico
Los hechos transcurrieron así: Los Musulmanes, quienes siglos antes habían conquistado casi toda la península ibérica, tenían control de Valencia. Las tropas cristianas de Aragón se unieron para defender sus tierras y reconquistar lo perdido.
Las tropas Cristianas de Daroca, Teruel y Calatayud se disponían a conquistar a los moros el Castillo de Chío, Luchente, distante tres leguas de Játiva, el día 23 de febrero, de 1239.
El Capellán D.Mateo Martínez, de Daroca, celebraba momentos antes misa en la que consagró seis formas destinadas a la comunión de los seis capitanes de aquellas tropas: Don Jiménez Pérez, Don Fernando Sánchez, Don Pedro, Don Raimundo, Don Guillermo, y Don Simone Carroz. Un ataque sorpresivo del enemigo obligó a suspender la misa, ocultando el capellán las formas que ya estaban consagradas, envueltas en los corporales en un pedregal del monte.
Rechazado el ataque del que salieron los cristianos victoriosos, los comandantes pidieron al sacerdote que les diera la Comunión en acción de gracias al Señor por la victoria. El Padre Mateo fue al lugar donde las había escondido y se encontró a las seis hostias empapadas en sangre y pegadas a los Corporales.
Los
comandantes se regocijaron ante lo que vieron. Tomaron esto como una
señal de
Jesús de que iban a ser victoriosos. Hicieron que el sacerdote
levantara el
corporal manchado de sangre en un marco, como un estandarte. Volvieron
a
batalla contra los Moros, y el castillo de Chio fue recapturado. El
mérito de
esta batalla triunfal, se le dio al Milagro Eucarístico bondadosamente
otorgado
por el Señor. Los seis comandantes eran todos de diferentes regiones de
España.
Cada uno de ellos creía que el sagrado corporal debía de ir a su
ciudad, para
ser honrado en la Catedral. Lo que empezó como una discusión sobre
donde se
colocaba el corporal. Decidieron hacer un sorteo. Tres veces, la ciudad
de
Daroca fue escogida para ser el hogar del Milagro Eucarístico. Pero dos
comandantes no estaban de acuerdo. El general principal, propuso como
solución
un compromiso. Pondrían el corporal en la espalda de una mula Arabe,
cogida en
la conquista. La mula nunca había pisado tierra Cristiana antes del
ataque
Arabe a España. El plan era dejar que la mula vagara como quisiera,
hasta que
encontrara un lugar donde parar. En donde se detuviera sería el lugar
escogido
por el Señor para que se quedara allí el corporal. El plan se llevó a
efecto.
Lápida a la entrada de la
Iglesia de la Trinidad donde "encontró Daroca el Tesoro inestimable
de sus Sagrados Corporales" |
La fecha era el 24 de Febrero de 1239. La mula dejó el cerro de Codol, y empezó su jornada. Iba seguida por la asistencia cercana de sacerdotes con velas encendidas, y soldados. El primer camino que la mulo tomó fue hacia Valencia, pero nunca entró en esa ciudad. La mula continuó cruzando una quebrada que va de Catarroja a Manizes, tocando Segorbe, Jerica y Teruel. Pero no entró en ninguna de esas ciudades. La mula viajó durante 12 días una distancia de más de 200 millas antes de doblar las rodillas y caer muerta enfrente a la Iglesia de San Marcos, en la ciudad de Daroca (hoy Iglesia de la Trinidad). El corporal estuvo en esta iglesia hasta que se trasladó a la iglesia de Santa María.
La fecha fue el 7 de marzo, que se convertiría en la fiesta de Santo Tomás de Aquino, un gran defensor de la Eucaristía. ( En la época del milagro, 1239, Santo Tomas tenía 14 años. Después de su muerte, a mitad del siglo catorce, fue nombrado protector del Milagro Eucarístico de Daroca ).
Hay tradiciones y leyendas atadas al viaje de la mula. Se dice que durante los 12 días sucedieron muchas cosas milagrosas, como música y cantos angelicales, furia de demonios que abandonaban almas que habían poseído, muchas conversiones de pecadores. Pero no hay ninguna documentación sobre esto. Estas son historias locales que se han desarrollado a través de los años. Hay sin embargo, documentación sobre el Milagro Eucarístico de Luchente, del peregrinaje de la mula, y de la elección celestial de Daroca como la ciudad escogida para que el corporal fuera venerado.
Una hermosa Iglesia fue construida para ser el hogar de este regalo especial al pueblo de Daroca. Un relicario majestuoso fue creado en 1385. Esculturas representando los hechos que conducían al milagro fueron colocadas en la Iglesia, como por ejemplo la Batalla de Luchente, al Padre Don Martínez levantando el corporal como un estandarte de batalla, el viaje de la mula, y la llegada a Daroca.
En 1261, personas de Daroca fueron a Roma para informarle al Papa Urbano IV sobre el Milagro Eucarístico de Daroca. El Papa Urbano IV, Santiago Pantaleón, era contemporáneo de la Beata Juliana de Liege, la monja que se pasó su vida tratando de instituir un día de fiesta para el Santísimo Sacramento. El Papa Urbano IV fue el papa que declaró que el Milagro Eucarístico de Bolsena era auténtico, y un año después instituyó la Fiesta de "Corpus Cristi". Se cree que el Papa Urbano IV, aceptó las noticias del Milagro Eucarístico de Daroca como una señal más del Señor de que El quería que esta fiesta fuese instituida.
En 1444, el Papa Eugenio IV concedió un año de Jubileo para Daroca, cada 10 años. Este fue el mismo Papa que hizo auténtico el Milagro Eucarístico de Walldurn, Alemania, y el Milagro Eucarístico de Ferrara, Italia. Fue durante ese tiempo que la ciudad de Daroca escogió a Santo Tomás de Aquino como el Protector del Milagro Eucarístico. El Papa Sixto IV también le concedió un jubileo al Milagro de Daroca, cada 6 años.
La sangre en el corporal ha sido analizada, y ha sido determinado que es de origen humano. No hay ningún dato sobre el tipo de sangre.
Una Iglesia fue construida en Daroca, especialmente para los Sagrados Corporales. En el siglo 15 y 16 la Iglesia fue agrandada. Hoy es conocida como Iglesia de Santa María Colegiata. En la pared, donde esta la capilla de los Sagrados Corporales, se puede observar las escenas del milagro. Este Milagro de Daroca, es conocido por todo el mundo y fue documentado oficialmente en el año 1340.
Un prodigio Eucarístico en el Santuario de Guadalupe (Cáceres, España)
Introducción El venerable padre
Cabañuelas, o fray Pedro de Valladolid, que era su nombre de religión,
protagonista de este prodigioso milagro, fue uno de los eximios varones
que ilustraron con su virtud la incipiente vida religiosa en el cenobio
guadalupano en los primeros tiempos de su establecimiento en la Orden
de San Jerónimo. El y otros mas son los discípulos del Venerable padre fray Fernando Yáñez de Figueroa, ilustre cacereño de la mas rancia nobleza y primer prior del monasterio, que brillan por su santidad a lo largo de la primera mitad del siglo XV, ellos han quedado inmortalizados por el pincel en los 11lienzos que pintó Zurbarán y que decoran la sacristía del Santuario de Guadalupe. Su devoción a la Sagrada Eucaristía y los ataques del demonio El Padre Cabañuelas abrazó, siendo muy joven, la vida religiosa y siempre se distinguió por su profunda devoción a la Sagrada Eucaristía, en cuya contemplación y meditación gastaba gran parte de las horas del día y de la noche. Pero quiso el Señor aquilatar aquella su fe en el gran Misterio, permitiendo al enemigo de las almas que viniera a perturbar su imaginación con terribles dudas sobre la presencia real de Cristo en el Sacramento del Altar, dudas que se acrecentaban hasta producirse tremenda angustia, mientras celebraba el Santo Sacrificio. El milagro El suceso milagroso que disipó todas sus dudas y le curó radicalmente de todas sus incertidumbres para el resto de su vida, podemos situarlo cronológicamente hacia 1420, como a los 50 años de su edad, y es él mismo quien nos lo refiere, aunque de tercera persona en una relación que de su puño y letra se halló entre sus papeles después de su muerte, y que nosotros podemos leer a continuación. "A un fraile de esta casa, dice que le sucedió que un sábado, celebrando la Santa Misa, después que consagro el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, vio una cosa como nube que cubrió el ara (Ara: losa o piedra sobre la que el sacerdote extiende el corporal para celebrar la Misa) y el cáliz, de manera que no veía otra cosa sino un poco de la cruz que estaba detrás del ara: lo cual le inculcó gran temor y rogó al Señor con muchas lagrimas, que le tuviera piedad y le manifestara que cosa era eso y que lo librase de tan gran peligro. Estando muy atribulado y espantado, poco a poco se fue quitando aquella nube, y cuando se quitó no halló la Hostia consagrada y vio la hijuela que estaba sobre el cáliz, quitada, y al ver el cáliz lo vio vacío. Al ver esto, comenzó a llorar fuertemente, demandando misericordia a Dios y encomendándose devotamente a la Virgen María. Estando así afligido, vio venir la Hostia consagrada puesta en una patena muy resplandeciente, y se coloco derecho en la boca del cáliz, entonces comenzó a salir de ella gotas de sangre que caían en tanta cantidad en el cáliz que se lleno como antes estaba. Una vez que el cáliz se lleno puso la hijuela encima del cáliz y la Hostia sobre el ara como antes estaba. El fraile que aun estaba espantado y llorando, oyó una voz que le dijo: Acaba tu oficio, y sea a ti en secreto lo que viste." El momento en que Zurbarán le representa en el lienzo, uno de los mejores junto con la perla, por la belleza de su composición, expresión de los rostros, luminosidad y colorido, de cuantos salieron de su pincel es aquel en que, viendo aparecer de nuevo por el aire la resplandeciente patena con la Hostia consagrada, cae de rodillas, entre atónito y arrobado, reconociendo y rindiendo su inteligencia a la evidencia del milagro, mientras que el lego que le servía de rodillas también, semeja no haberse percatado -lo que también hace notar el padre Cabañuelas en su relato- del prodigio Eucarístico de aquella Misa Milagrosa. Se divulga el milagro El hecho fue pronto conocido y divulgado por todos los ámbitos de la nación, y hasta los mismos reyes de Castilla, don Juan II y su esposa doña María de Aragón, con el príncipe don Enrique, el futuro Enrique IV, acudieron a Guadalupe para conocer y tratar al siervo de Dios, elegido ya como prior del monasterio, quedando tan prendados de su virtud y santidad, que la reina le eligió por su consejero espiritual, y mandó en su testamento que, cuando trajeran sus restos al Santuario, colocaran a su lado los del padre Cabañuelas, como en efecto se hizo. Aún nos queda un precioso testimonio de la Misa Milagrosa, los corporales y la hijuela, con unas gotas de sangre, usados en la misma, reconocidos ante el notario apostólico en el siglo XVII, fueron declarados auténticos y son hoy la mas preciada reliquia con que se honra el relicario guadalupano, como fueron también preclara reliquia eucarística, expuesta a la veneración de los fieles, en el Congreso Eucarístico de Toledo, en 1926. El padre Cabañuelas murió el 20 de marzo, de 1441, en olor de santidad, muy querido y venerado de todos. |
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A un cuarto de
hora del pueblo español de Ivorra, situado en el obispado de Solsona
(Cataluña, España), hay una antiquísima capilla llamada Santa María, la
cual, hace diez siglos, fue el escenario de un milagro Eucarístico. Mientras
celebraba la Santa Misa, un día del año 1010, el Reverendo Bernardo
Oliver, rector de dicha capilla, en el momento de pronunciar las
palabras de consagración sobre el cáliz, le asaltó una fuerte tentación
de duda referente a la presencia real de Jesucristo en el vino
consagrado. Fuese que el
sacerdote no hubiese rechazado la tentación con la prontitud debida o
que el Señor se sirviera de ella para confirmar una vez más la verdad
del dogma de la Transubstanciación , con un prodigio de su
omnipotencia, el caso fue que comenzó a brotar del cáliz una fuente de
Sangre tan abundante y copiosa que, empapó los corporales y no paró
hasta esparcirse por el pavimento de la capilla. No hay palabras para
explicar la turbación del sacerdote celebrante y la admiración de los
asistentes al Santo Sacrificio de la Misa, delante de un prodigio tan
sorprendente. La noticia
corrió enseguida por todo el pueblo y algunas piadosas mujeres se
apresuraron a empapar en aquella Sangre milagrosa lo primero que
tuvieron a mano, que fueron unas pobres estopas. Mientras esto
ocurría dentro de la capilla, las campanas, en lo alto de la torre,
comenzaron a repicar solas, como para anunciar a todo el contorno tan
grande y prodigiosa nueva. La confirmación
de un santo obispo y del Papa. Entre los muchos
que acudieron a presenciar el milagro estaba San Ermengol, Obispo
de Urgel, que entonces estaba casualmente en Guisona. Este santo,
después de informarse bien de todas las circunstancias, no pudo menos
que reconocer que se trataba de un hecho sobrenatural y divino. Años mas tarde,
deseoso de proceder con toda la discreción y prudencia que la Iglesia,
nuestra Madre, acostumbra a emplear en casos semejantes, el obispo
Ermengol recogió parte de aquella Sangre preciosísima y se encaminó
hacia Roma, para dar cuenta de ello al Santo Padre, que era entonces
Sergio IV. El Papa escuchó
sorprendido y admirado el relato que le hizo el santo obispo, y después
de aprobar la conducta de San Ermengol dió crédito a la historia y
autorizó el culto de aquella Sangre prodigiosa, quiso corresponder al
rico presente que se le hacía y regaló al santo diferentes y
preciosas reliquias, entre ellas una espina de la corona de nuestro
Señor Jesucristo. Estas reliquias,
junto con los corporales tintos en aquella Sangre milagrosa, que
todavía se conservan y veneran en Ivorra, son objeto de dos fiestas,
que se celebran anualmente en memoria perenne de aquel prodigio: la
primera el II Domingo de Pascua y la segunda, el día 16 de agosto,
ambas con gran solemnidad. Comprueba además
la verdad de este hecho, un documento antiquísimo, copia autentica de
la Bulla que el mencionado Papa Sergio IV dio el año segundo de su
pontificado (1010), autorizando el culto y la veneración de la
prodigiosa reliquia, y un Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos,
firmado el 27 de junio, de 1868, confirmando dicha autorización. El milagro Eucarístico de Ivorra y la ciencia Mil
años después (del milagro Eucarístico de Ivorra), la ciencia puede
ayudar a despejar las dudas que aún puedan tener los más incrédulos. El
resultado de unos análisis efectuados en una universidad norteamericana
han certificado la autenticidad de la tela y de la sangre contenida en
algunas de las reliquias que se conservan en el santuario de la Mare de
Déu de Ivorra, donde se venera el Sant Dubte. Las pruebas no acaban
aquí, porque todavía están pendientes más análisis que se llevarán a
cabo en un labotario de Alemania. "Se trata -afirma Mosén Fermí
Manteca, rector de Ivorra-
de realizar un estudio histórico lo más riguroso posible, una revisión
del milagro con intencionalidad histórica. El Vaticano, con motivo del
Jubileo, quería repasar cómo se ha vivido la eucaristía a lo largo de
la historia de la Iglesia." El
milagro del Sant Dubte ha condicionado la vida de Ivorra desde
entonces. La adoración religiosa a las reliquias que el Papa Sergio IV
cedió al pueblo fue muy popular durante la edad media, pero el actual
santuario no se construyó hasta el siglo XVI, aunque se ha reconstruido
hace poco.
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Prodigio
Eucarístico
Flor de los campos y Lirio de los valles
Ettiswyl,
Lucerna, Suiza.
El párroco
de Ettiswyl, cantón de Lucerna, un día de fuertes lluvias
llevó el Santo Viático a un enfermo que moraba en la campiña. Llegó a
un sitio
en que el camino estaba convertido en un verdadero pantano, y, por
desgracia,
tropezó y cayó. En su caída se abrió el copón, y la Santa Hostia
desapareció
entre el limo, sin que pudiese dar con ella. En este trance, exclamó
entre
sollozos: ¡Señor, tened piedad de mí! No me levantaré de este
lugar hasta
que me mostréis donde se encuentra el Santísimo Sacramento...
A tan humilde ruego el Señor obró este prodigioso milagro: De en medio
del
fango brota una plantita terminada en un botón. Ante la sorpresa del
sacerdote, crecen planta y botón rápidamente; el botón se abre y se
transforma en una hermosa flor de bellos colores y suaves perfumes,
dentro de
la cual apareció, brillante e inmaculada, la Sagrada Forma que se había
caído, y que, sin duda, habían recogido los ángeles para honrar al que
en las
Escrituras es llamado "Flor de los campos y Lirio de los valles".
Con alegría recogió el Sacramento tan milagrosamente conservado y
siguió su
camino hacia la morada del moribundo a quien debía consolar.
MACERATA
Dios
ha bendecido
a esta ciudad italiana con dos grandes regalos:
El Milagro
Eucarístico
y La Virgen de las Mercedes de Macerata.
MILAGRO EUCARISTICO DE
MACERATA
Italia - 1356
Historia del Milagro Eucarístico
Los católicos de
Macerata
dicen que su ciudad se llama la "Ciudad del Santísimo Sacramento".
Esto es por dos razones, una por el Milagro Eucarístico que
ocurrió
ahí, y segundo, por ser una de las primeras ciudades del mundo en
organizar la
"Confraternidad en honor al Santísimo Sacramento."
En
la mañana del 25 de abril, de 1356, se celebraba Misa en la Iglesia de
las
monjas Benedictinas. Al principio de la consagración, el sacerdote dudó
de la
real presencia de Jesús en la Eucaristía y de su permanencia real en
las
fracciones de la hostia partida.
En
el momento que partía la Hostia consagrada, sangre fresca comenzó a
derramarse
de los bordes de la hostia. El sacerdote lleno de fe y de profunda
emoción,
comenzó a temblar tanto que causó que la Sangre de Nuestro Señor cayera
fuera
del Cáliz, manchando el corporal.
Al
concluir la Santa Misa, el sacerdote se apresuró a informar todo lo
sucedido al
Obispo Nicolo di St. Martino. El Obispo ordenó que se llevara, a la
catedral,
el corporal manchado de sangre y que se investigara lo acontecido. Este
milagro
se parecía al ocurrido en Bolsena menos de 100 años atrás y que había
dado
lugar a la fiesta de Corpus Christi.
El
corporal fue reverentemente expuesto para veneración después de haber
sido
declarado auténtico por la comisión canónica.
Exposición del
Santo Corporal del Milagro
Eucarístico
El
Corporal Milagroso fue colocado en la Catedral de Macerata en
un lugar
prominente. Toda la población adoraba a Nuestro Señor Jesús en este
milagro.
Cada año, el primer domingo después de Pentecostés, era llevado a
través de las
calles de la ciudad en procesión. No solo las personas de Macerata
asistían a
la procesión, sino que venían de toda la provincia.
En
1647 un caballero llamado Orazio Longhi donó a la Catedral un precioso
relicario de plata y cristal para la exposición de la reliquia. En
1649, el
Obispo Silvestri organizó una procesión de gran solemnidad en honor del
santo
corporal.
Tanto
su constante exposición como las procesiones continuaron a través de
los años,
hasta el año 1807 que Napoleón comenzó a amenazar a Italia y a la
Iglesia.
Durante la conquista, Napoleón suprimió las confraternidades y prohibió
las
procesiones tradicionales. Entonces, fue necesario esconder
secretamente el
santo corporal en un armario detrás de un altar en la catedral.
El
corporal estuvo escondido durante todo ese tiempo y también durante los
disturbios políticos en Italia de la mitad del siglo 19. Sin embargo,
no fue
olvidado. En octubre 10 de 1861, el corporal fue de nuevo declarado
auténtico
por Monseñor Zangari. Luego, también, el 15 de septiembre del año 1885,
por
Monseñor Galeati.
El
sagrado corporal después de ser autentificado, fue finalmente devuelto
para
veneración en 1932. Se le colocó en un relicario de cristal para
veneración
constante en la capilla del Santísimo Sacramento.
Sin
embargo, poco después, con la venida del fascismo y el nazismo en la
Segunda
Guerra Mundial, el corporal fue, de nuevo, por unos años guardado en el
armario. Después que se terminó la guerra, el corporal del milagro
Eucarístico
fue llevado en procesión en la Fiesta de Corpus Christi detrás del
Santísimo
Sacramento.
En la actualidad
el Santo Corporal está reservado en el Altar
del Santísimo Sacramento en la Catedral de Macerata. En la Fiesta de
Corpus
Christi, se expone y se venera cerca del altar principal. Las manchas
de sangre
que tienen más de 600 años pueden todavía distinguirse en el Corporal,
aunque
últimamente se han opacado y descolorido un poco..
¿Por
qué el Señor ha permitido que estas manchas de Su preciosa Sangre se
hayan
opacado?. Quizás está tratando de revelarnos como la fe en la
Eucaristía se ha
opacado en muchos corazones. Puede ser que el Señor está esperando el
momento
en que sea necesario volver a revivir este milagro.
Investigaciones:
La
autenticidad del corporal ha sido establecida de tres formas:
1-
La tela: ha sido examinada por eruditos y se ha concluido que data del
siglo
14.
2-
El pergamino sujetado al corporal contiene caligrafía gótica que ha
sido
identificada como del siglo en el cual ocurrió el milagro.
3- Aunque no se preservó ningún
documento
oficial, si existen muchos manuscritos de autores respetados de la
época que
narran la historia del milagro y aceptan su autenticidad.
Imagen
milagrosa de
La Virgen de las Mercedes
de
Macerata
Macerata
no es solamente conocida por el Milagro Eucarístico, sino también por
el "
Santuario de Nuestra Señora de las Mercedes de Macerata". Aquí se
encuentra una pintura de Nuestra Señora a la cual se le atribuye la
salvación
de la población de Macerata de la peste en el año 1447.
En
ese año toda Italia fue víctima de una plaga que estaba matando a la
población
en proporciones masivas. El Consejo de la ciudad se reunió y pasaron
una ley
muy peculiar: construirían a la Santísima Virgen una pequeña Iglesia en
24
horas, pidiéndole así la liberación de la peste. Escogieron el 15 de
agosto, la
Fiesta de la Asunción, para construir la Iglesia.
Todas
las personas de la ciudad participaron del proyecto, oficiales de la
ciudad,
miembros de la nobleza, clérigos y aldeanos. Todos con una meta común.
La
capilla fue construida en 24 horas. La Virgen Santísima vio con buenos
ojos
este acto de fe, intervino con su intercesión poderosa y la ciudad de
Macerata
fue librada de la peste. Cincuenta años después se edificó una Iglesia
apropiada.
Pero
no fue hasta 1721, que el Vaticano honró a Nuestra Señora de Macerata
con una
Corona. Entonces se edificó una nueva Iglesia, la cual hoy es el
hermoso "
Santuario de Nuestra Señora de la Merced de Macerata." Se ha convertido
en
un Santuario de Peregrinaciones Marianas muy importante para el área de
Marches.
MILAGRO
EUCARÍSTICO DE
ORVIETO/BOLSENA
Orvieto
es una
preciosa ciudad de la Umbría, región italiana que ha dado a la Iglesia
innumerables santos. Basta mencionar a San Francisco, Sta. Clara de
Asís, Sta.
Clara de Montefalco, San Valentín, San Benito, Sta. Rita...
La
ciudad, anidada
en la cima de una montaña, me hace pensar en lo trabajoso que
habrá sido
para sus ciudadanos comunicarse con el mundo antes de este siglo. Sin
embargo
es en la actualidad cuando Orvieto parece estar alejada y olvidada. Los
hijos
de Orvieto del siglo XX, en su mayoría, prefirieron las ciudades
grandes de las
planicies a vivir por las nubes. Sus grandes edificios, especialmente
su
catedral, parecen un recuerdo de otros tiempos muy distantes donde allí
se
vivió intensamente la fe, el arte y el deseo de hacer algo grande por
Dios
MILAGRO EUCARISTICO DE
ORVIETO /
BOLSENA
Orvieto no se
puede olvidar porque allí se
encuentra un prodigio divino. Su catedral es custodia de un
milagro
Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda. Se
trata de
un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.
En el
año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el
misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en
la
Eucaristía. Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la
tumba de San
Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le
manifestó de
manera milagrosa ya que cuando cuando celebraba la Santa Misa en
Bolsena, en la
cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal
de la
Preciosa Sangre.
La
noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se
encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el corporal
y, al
constatar los hechos, instituyó la Solemnidad
de Corpus Christi.
El mismo Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás de
Aquino
la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la
creación de
cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los que
compuso está
la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus
Christi.
El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo,
colocó la
primera piedra de la nueva catedral de Orvieto donde aun se encuentra
la
sagrada reliquia.
Arte Mariana en la Catedral de Orvieto
El
zumbido de las abejas
Tomado
de: Prodigios
Eucarísticos de Fray Antonio Corredor García, O.F.M pg.20
Corría
el siglo XIII. En los suburbios de una ciudad de Polonia, un
hombre humilde vivía del producto de su colmena. Cada día acudía a
contemplar
las abejas en su incansable trabajo. Se maravillaba de como recogían el
néctar
de las flores para convertirlo en miel. En una de esas visitas escuchó
algo
extraordinario. Se oía como una fuente. Esta melodía continuaba durante
el día.
El labriego se
preguntaba
que ocurriría en el interior de la colmena. Una noche sobre el colmenar
vio con
asombro grandes resplandores. Se acercó a la colmena y escuchó el
misterioso
zumbido de las abejas.
"Cómo es posible, exclamó, que las abejas zumben de noche. Cuando las
sombras
de la noche envuelven la tierra, no se percibe cerca de las colmenas ni
un
zumbido."
El labriego fue a visitar al Obispo de su diócesis para explicarle lo
que había
visto. El señor Obispo, para cerciorarse de si era cierto, acudió al
lugar
donde estaba el colmenar, y vio el también los intensos resplandores
sobre la
colmena. Al día siguiente se dirigió al colmenar, acompañado de algunos
sacerdotes y de numeroso pueblo, ordenó que fuese abierta la colmena.
¡Oh
prodigio! En su interior encontraron una Custodia de cera blanca,
labrada con
gran primor y delicadeza. En la Custodia estaba el Santísimo
Sacramento, y a su
alrededor revoloteaba un enjambre de abejas.
El señor Obispo tomó la Sagrada Hostia y, acompañado del clero y del
pueblo, la
llevó a la iglesia. Nadie supo explicarse por qué el Santísimo
Sacramento se
hallaba en una colmena.
En el mismo lugar donde se hallaba el colmenar, construyóse una
capilla. Fue
tanta la fama de esta capilla, que desde muy lejos acudían los enfermos
para
implorar la misericordia de Dios, y muchos de ellos regresaban a
sus
hogares completamente curados.
Mas tarde, se descubrió el origen de aquella hostia: Unos ladrones,
después de
haber hecho un robo sacrílego, se arrepintieron y echaron el viril en
la
colmena.
Milagro Eucarístico de Santarem, Portugal.
Ocurrido
en
1247,
el
milagro continúa...752 años mas tarde la sangre sigue
fresca.
Santarem está situada a mitad de camino entre Lisboa y Fátima, 65km al norte de Lisboa, 60km al sur de Fátima. Ciudad natal de Santa Irene y del San Fernando rey de Portugal
Exterior
de la Iglesia del Milagro Eucarístico Peregrinos esperan para
venerar a Jesús de cerca. El milagro aparece expuesto arriba.
|
|
El
Maravilloso
Milagro Eucarístico de Santarem
en
el que
se puede ver con claridad la Sagrada Hostia con la Preciosa Sangre de
Nuestro
Señor Jesucristo, 752 años después del milagro. Es, por tanto, un
milagro que
continúa...
Contempla la Sagrada
Hostia, consagrada 245 años antes del
descubrimiento de América.
Contempla a tu Señor Eucarístico que ha querido permanecer en
este
milagro de Santarem para invitarnos a redescubrir su Real Presencia.
Es el mismo Jesucristo que te espera en el tabernáculo de tu parroquia.
Peregrinación de 2002
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
SIENA
|
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SIENA |
CIUDAD DEL MILAGRO
EUCARÍSTICO |
Siena, en la región
Toscana de
Italia, siempre ha sido un lugar de gran cultura y arte. Es también
famosa por
Santa Catalina, nacida en 1347 y muchos otros santos. Pero su mayor
tesoro se
hizo presente casi 400 años después: El Milagro Eucarístico de Siena.
Santos de
Siena
La santa
mas
conocida de Siena es Santa Catalina.
¿Quién es Santa Catalina de Siena?
En Siena S. Felipe Benizi recibió en la orden de los Servitas a S. Peregrino (S. Peregrini) quien había sido líder de una facción que violentamente había, tiempo atrás, expulsado a S. Benizi de su ciudad. (S. Felipe es modelo de reconciliación). Ya convertido, San Peregrini fue un gran líder que llevó a muchos a Cristo. Se destacó por su amor a la cruz. Es patrón de los enfermos de cáncer, habiendo sido sanado de esa enfermedad.
San Bernardino de Siena, nacido casi 300 años antes del Milagro Eucarístico. Fue un reformador de la Orden Franciscana. Desde que comenzó su misión de predicación, se dedicó a promover la devoción a la Eucaristía. Acostumbraba a llevar consigo una tablilla, mostrando la Eucaristía con rayos saliendo de ella y en el medio, el símbolo IHS. Éste se llegó a conocer como el símbolo de la Eucaristía. Su gran influencia en Italia es evidente ya que este símbolo puede verse en muchos edificios e Iglesias en el mundo, especialmente en Siena y Florencia.
Siena
es también la cuna de Santa Bernardina (franciscana) y
B. Ana
María
Taigi (su cuerpo incorrupto se encuentra en Roma).
MILAGRO
EUCARÍSTICO DE SIENA, ITALIA |
Para
el año 1730, Siena ya no era la ciudad de gran devoción de los tiempos
de Sta.
Catalina y San. Bernardino.
Mas bien, era un lugar como muchos en Europa, donde los días de fiesta religiosas, eran ocasiones para divertirse. Se fue perdiendo el significado y valor religioso de las fiestas. Todos se reunían en la Plaza del Campo, a celebrar un día libre de trabajo.
Para mediados del Siglo XVII, Europa estaba muy envuelta en el Renacimiento. El interés de la gente estaba en el arte y la cultura. Aunque muchos iban a la Iglesia, no eran necesariamente movidos por un profundo amor a la Eucaristía, ni a la Virgen. Por esto es que en 1730, Siena necesitaba un milagro, una gracia de Dios para la renovación espiritual. En realidad no solo Italia, sino que también Europa, necesitaba un cambio que le hiciera arrodillarse y concentrar su atención en el poder de Dios. En estas situaciones, nuestro Señor no abandona a su pueblo.
Historia del Milagro
Siena tiene en realidad dos milagros Eucarísticos aquí relatamos el más famoso. El segundo se encuentra en la basílica de Casia.
El día antes de la fiesta de la Asunción por la mañana, los sacerdotes de todas las iglesias de Siena consagraron Hostias adicionales previendo la gran muchedumbre que recibiría la Comunión al día siguiente. Todos ellos fueron al espléndido Duomo, la Catedral, para planear las festividades del día siguiente, y tomar parte en la Ceremonia de la Vigilia de esa noche. Como todos los sacerdotes estaban en la Catedral, las Iglesias estaban vacías.
El 14 de agosto, por la noche, ladrones entraron a la Basílica de San Francisco, que está en el extremo norte de la ciudad. Abrieron el Tabernáculo para robar el copón de oro que contenía las hostias consagradas. Se llevaron todo, las hostias y el copón.
Nadie se dio cuenta del crimen hasta la mañana siguiente, cuando los sacerdotes de la Iglesia fueron a celebrar la Misa de la Asunción. Surgió el pánico. La prueba del crimen fue confirmada cuando alguien trajo la parte de arriba del copón, que había encontrado en la calle frente a la Iglesia. Todo el pueblo comenzó a buscar las Hostias perdidas. Todas las celebraciones fueron suspendidas.
El Arzobispo pidió oraciones públicas para que aparecieran las Hostias Consagradas en buen estado. Hasta ese momento no se sabía la razón del porqué las hostias habían sido robadas. ¿Sería por el oro del copón, o por un propósito más diabólico, para profanar y cometer sacrilegios en contra de Nuestro Salvador? De nuevo, el Señor se permite ser vulnerable ante la maldad del hombre. Nuevamente, El se pone completamente en nuestras manos.
Tres días más tarde, el 17 de agosto, mientras un hombre estaba orando en la Iglesia de Santa María en Provenzano, muy cerca de la Basílica de San Francisco, notó que había algo de color blanco dentro de la caja de los pobres. Esto que era blanco tenía forma redonda y parecía brillar. Inmediatamente, se lo fue a decir al sacerdote de esa Iglesia, y éste fue a informarle al arzobispo, quien mandó a uno de sus asistentes a la Iglesia de Santa María.
Cuando el representante del Arzobispo y un sacerdote de la Basílica de San Francisco llegaron a la Iglesia de Sta. María, abrieron la caja de los pobres y encontraron una gran cantidad de Hostias. Algunas se habían enredado con las telarañas dentro de la caja y otras cayeron al fondo. Ellos las contaron para ver si se había perdido alguna. El sacerdote de la Iglesia de San Francisco dijo que la cantidad era correcta, 348 Hostias enteras y 6 mitades. El sacerdote había consagrado 351 Hostias el día 14 de agosto.
¡Qué largos se hicieron esos tres días en que las hostias estuvieron perdidas! Esos tres días parecieron, los días entre la Crucifixión y la Resurrección.
Un suspiro de alivio y de alabanza al Señor resonó por dos razones. Una razón fue que las Hostias Consagradas se habían encontrado y la otra, que no se habían tomado ninguna. Eso era el temor que todos tenían, que si les interesaba el Copón, desecharan las hostias consagradas en cualquier lugar, o en un basurero.
Recogieron todas las hostias y las limpiaron con sumo cuidado. Se llevaron a la Iglesia de San Francisco en una procesión acompañada por una gran multitud. Una vez que llegaron a la Iglesia, las expusieron para adoración y reparación. La historia del robo se esparció a través de todo el país y muchos empezaron a hacer peregrinaciones a la Iglesia de San Francisco para orar ante las Hostias Consagradas. Esto fue antes de que supieran que en ellas se iba a dar un milagro. Las hostias no fueron distribuidas.
No hay ninguna explicación cierta de porque las hostias no fueron distribuidas. Una de las razones puede ser que gran multitud de personas de Siena y otros pueblos vecinos llegaban para adorar las hostias y así los sacerdotes se vieron forzados a no consumirlas. Otra razón posible es que, aunque las hostias fueron cuidadosamente limpiadas, todavía quedaron algo sucias. En casos como este, en que las Hostias Consagradas han sido de alguna forma contaminadas, no se requiere que sean consumidas. Generalmente, se mantienen reservadas hasta que se deterioren. Cuando esto ocurre la Presencia Real desaparece de ellas. Posiblemente, los Franciscanos querían dejar que las Hostias fueran adoradas por los peregrinos hasta el momento en que se deterioraran, y eso hubiera sido el final de todo. Pero esto nunca sucedió.
Ante el asombro de los sacerdotes, las Hostias no se deterioraban, mas bien se mantenían frescas y con olor muy agradable. Al pasar el tiempo, los franciscanos se convencieron de que estaban presenciando un milagro continuo de preservación.
Algunos personajes importantes de la Iglesia, obispos o cardenales, fueron permitidos recibir una de las hostias. Ellos reportaron que su gusto era fresco y agradable.
Investigaciones
Cincuenta años después de que las hostias fueron recuperadas, se condujo una investigación oficial para comprobar la autenticidad del milagro. El General de la Orden Franciscana, P. Carlo Vipera, examinó las Hostias el 14 de abril, de 1780, consumiendo una y comprobando que estaba fresca e incorrupta. Ya que se habían distribuido unas hostias durante los años anteriores, el General ordenó que las 230 hostias que quedaban fueran colocadas en un nuevo ciborium y prohibió que continuaran distribuyéndolas.
Nueve años después, en 1789, una mas detallada investigación fue hecha por el Arzobispo de Siena. Esta investigación incluyó teólogos prominentes y otros dignatarios. Después de examinar las hostias con microscopio, la comisión declaró que estaban perfectamente intactas y que no mostraban ningún signo de descomposición, ni cambio de color. Tres franciscanos que habían estado presentes en las investigaciones anteriores, fueron cuestionados, por el Arzobispo, bajo juramento. En esta investigación también se reafirmó que las hostias examinadas eran las mismas que habían sido robadas en 1730 y tres días mas tardes descubiertas..
Fue en esta investigación, que el Arzobispo ordenó que una cantidad de hostias sin consagrar se colocaran en un envase herméticamente sellado e iba ha ser guardado bajo llave, por diez años, en la oficina de la Cancillería. Las Hostias Milagrosas se guardaron en un Copón, no sellado herméticamente, sino que en la forma en que habían estado reservadas por los últimos 59 años.
Al final del período de 10 años, el envase de las hostias no consagradas fue abierto en presencia del Arzobispo y varios oficiales. Ellos encontraron que estaban descoloridas, desfiguradas y deterioradas. Entonces, revisaron las Hostias Milagrosas y encontraron que estaban en perfectas condiciones. En 1850, 61 años mas tarde, si hizo una prueba similar, teniendo los mismos resultados. Las hostias sin consagrar reducidas a polvo y las hostias milagrosas mantenían su frescor.
Otras investigaciones se hicieron en diferentes ocasiones. La mas importante fue en el año 1914 y se llevó acabo por la petición del Papa Pío X. Para esto se seleccionaron un panel de distinguidos investigadores que incluía científicos y profesores de Siena y Pisa, como también, teólogos y oficiales eclesiásticos.
Exámenes de ácido y almidón fueron hechos en uno de los fragmentos e indicaron un nivel normal de ambos.
De un examen microscópico, se concluyó que las hostias habían sido hechas de harina de trigo cernido, el cual estaba perfectamente preservado.
La comisión explicó que si el pan sin levadura era preparado en condiciones de limpieza y era guardado en un envase donde no entrara el aire, que estuviera esterilizado, podrían mantenerse por mucho tiempo. El pan sin levadura preparado en una forma normal, expuesto al aire y a la actividad de los microorganismos podría mantenerse intacto por algunos pocos años.
Se concluyó que las hostias robadas fueron preparadas sin precauciones científicas y guardadas bajo condiciones ordinarias que debieron haber causado que se deterioraran rápidamente. Las hostias estaban tan perfectamente preservadas que después de 184 años podían ser consumidas.
El profesor Siro Grimaldi, profesor de química en la Universidad de Siena y director de el Laboratorio municipal, y reconocido por sus muchas distinguidas posiciones en el área de la química, fue el cabeza de la comisión de investigación del año 1914. Dio muchas conferencias sobre la naturaleza milagrosa de las hostias e incluso escribió un libro.
En el año1922, se llevó a cabo otra investigación en presencia de los Obispos de Siena, Montepulciano, Folignno y Grosseto. Los resultados fueron igual a los anteriores. No había explicación natural por la que las hostias hubieran permanecido sin corromperse por un período de tiempo tan largo (192 años). Lo proclamaron ser un milagro.
En 1950, las Hostias Milagrosas fueron removidas de su antiguo ciborio y puestas en uno más elaborado y costoso que llamó la atención de otro ladrón. Este en la noche del 5 de agosto, de 1951 cometió otro sacrilegio en contra de las hostias, pero esta vez solo se llevó el ciborio dejando las hostias en una esquina del tabernáculo. Después de contar 133 hostias, el Arzobispo las guardó selladas en un ciborio de plata. Fueron fotografiadas y colocadas en un relicario elaborado en el cual se encuentran hoy.
Los Obispos y oficiales de la Iglesia fueron, solemnemente, en procesión con las Hostias a través de la ciudad, y las tuvieron expuestas por un tiempo.
Las hostias milagrosas son expuestas públicamente en varias ocasiones, pero especialmente el 17 de cada mes, que conmemora el día que fueron encontradas en el año 1730. En la fiesta de Corpus Christi, las hostias sagradas son llevadas en una triunfante procesión a través de las calles de Siena.
Visitantes
Entre los muchos que han visitado las hostias milagrosas para adorar al Señor, tenemos a San. Juan Bosco y el Papa Juan XXIII quién en Mayo 29, 1954, firmó los libros de visitantes. Aunque no pudieron físicamente visitar el milagro eucarístico, los Papas Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII hicieron declaraciones oficiales de gran interés y admiración.
El 14 de septiembre, de 1980, el Papa Juan Pablo II fue a Siena para adorar a Jesucristo en las Sagradas Hostias del Milagro Eucarístico, siendo el 250 Aniversario del Milagro de las Hostias.
Con voz unánime, los fieles, sacerdotes, obispos, cardenales y papas se han maravillado y adorado las sagradas hostias, reconociendo que en ellas se da un milagro permanente, completo y perfecto, que ha durado por 250 años. A través de este milagro las hostias han permanecido completas y con brillo natural, y con el olor característico del pan sin levadura. Como están en perfecto estado de conservación, la Iglesia Católica nos asegura, que aunque fueron consagradas en 1730, siguen siendo verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Cada viernes por la noche, a las 6:00 de la tarde, se reza un Rosario seguido por la celebración de la santa Misa, y ésta seguida por la Bendición con las Hostias Milagrosas.
El Padre Antonio Giannini fue el guardián del Milagro Eucarístico por muchos años. Nosotros le conocimos en la peregrinación del año 1993. Su amor por la Eucaristía fue muy profundo y por ello dedicó gran parte de su vida a estudiar los diferentes Milagros Eucarísticos del mundo. Para el P. Giannini, este milagro de Siena tiene mucho significado e importancia para los fieles, ya que el Señor lo ha mantenido preservado y en la forma original de pan sin levadura.
¿Querrá el Señor mostrarnos la importancia de permanecer fieles a una fe pura sin mezclarnos con nada que la diluya o la minimice?
El suceso de
Tumaco
Retroceden las olas del mar ante la Hostia consagrada.
Libro:
Prodigios Eucarísticos
Fr. Antonio Corredor García, o.f.m.
pgs.108-113.
(P. Pedro Corro, en Agustinos amantes de la Sagrada Eucaristía)
El siguiente suceso tuvo lugar el 31 de enero de 1906, en el pueblo de
Tumaco,
perteneciente a la República sudamericana de Colombia, y situado en una
pequeñísima isla a la parte occidental de aquella República, bañada por
el
océano Pacífico. Hallábase allí de cura-misionero, en dicho tiempo, el
reverendo padre fray Gerardo Larrondo de San José, teniendo como
auxiliar en la
cura de almas al padre fray Julián Moreno de San Nicolás de Tolentino,
ambos
recoletos.
Eran próximamente las diez de la mañana, cuando comenzó a sentirse un
espantoso
temblor de tierra, siendo este de tanta duración que, según cree el
padre
Larrondo, no debió bajar de diez minutos, y tan intenso, que dio con
todas las
imágenes de la iglesia en tierra. De más está decir el pánico que se
apoderó el
pueblo, el cual todo en tropel se agolpó en la iglesia y alrededores,
llorando
y suplicando a los padres organizasen inmediatamente una procesión y
fueran
conducidas en ellas las imágenes, que en un momento
fueron colocadas por la gente en sus respectivas andas.
Parecíales a los padres más prudentes animar y consolar a sus
feligreses,
asegurándoles que no había motivo para tan horrible espanto como el que
se
había apoderado de todos, y en esto se ocupaban los dos fervorosos
ministros
del Señor cerca de la iglesia, como advirtieron que, como efecto de
aquella
continua conmoción de la tierra, iba el mar alejándose de la playa y
dejando en
seco quizá hasta kilómetro y medio de terreno de lo que antes cubrían
las
aguas, las cuales iban a la vez acumulándose mar adentro, formando como
una
montaña que, al descender de nivel, había de convertirse en formidable
ola,
quedando probablemente sepultado bajo ella o siendo tal vez barrido por
completo el pueblo Tumaco, cuyo suelo se halla precisamente a más bajo
nivel
que el del mar.
Aterrado entonces el padre Larrondo, lanzóse precipitadamente hacia la
iglesia,
y, llegándose al altar, sumió a toda prisa las Formas del sagrado
copón,
reservándose solamente la Hostia grande, y, acto seguido, vuelto hacia
el
pueblo, llevando el copón en una mano y en otra a Jesucristo
Sacramentado,
exclamó: Vamos, hijos míos, vamos todos hacia la playa y que Dios se
apiade de
nosotros. Como electrizados a la presencia de Jesús, y ante la
imponente
actitud de su ministro, marcharon todos llorando y clamando a su Divina
Majestad tuviera misericordia de ellos. El cuadro debió ser ciertamente
de lo más
tierno y conmovedor que puede pensarse, por ser Tumaco una población de
muchos
miles de habitantes, todos los cuales se hallaban allí, con todo el
terror de
una muerte trágica grabado ya de antemano en sus facciones.
Acompañaban también al
divino Salvador las imágenes de la
iglesia traídas a hombros, sin que los padres lo hubieran dispuesto,
sólo por
irresistible impulso de la fe y la confianza de aquel pueblo
fervorosamente
cristiano.
Poco tiempo había pasado, cuando ya el padre Larrondo se hallaba en la
playa, y
aquella montaña formada por las aguas comenzaba a moverse hacia el
continente,
y las aguas avanzaban como impetuoso aluvión, sin que poder alguno de
la tierra
fuera capaz de contrarrestar aquella arrolladora ola, que en un
instante
amenazaba destruir el pueblo de Tumaco.
No se intimidó, sin embargo, el fervoroso recoleto; antes bien,
descendió
intrépido a la arena y, colocándose dentro de la jurisdicción ordinaria
de las
aguas, en el instante mismo en que la ola estaba ya llegando y crecía
hasta el
último límite el terror y la ansiedad de la muchedumbre, levantó con
mano firme
y con el corazón lleno de fe la sagrada Hostia a la vista de todos, y
trazó con
ella en el espacio la señal de la Cruz. ¡Momento solemne! ¡Espectáculo
horriblemente sublime! La ola avanza un paso más y, sin tocar el
sagrado copón
que permanece elevado, viene a estrellarse contra el ministro de
Jesucristo,
alcanzándole el agua solamente hasta la cintura. Apenas se ha dado
cuenta el
padre Larrondo de lo que acaba de sucederle, cuando oye primeramente al
padre
Julián, que se hallaba a su lado, y luego a todo el pueblo en masa, que
exclamaban como enloquecidos por la emoción: ¡Milagro! ¡Milagro!
En efecto: como impelida por invisible poder superior a todo poder de
la
naturaleza, aquella ola se había contenido instantáneamente, y la
enorme
montaña de agua, que amenazaba borrar de la faz de la tierra el pueblo
de
Tumaco, iniciaba su movimiento de retroceso para desaparecer, mar
adentro,
volviendo a recobrar su ordinario nivel y natural equilibrio.
Ya comprende el lector cuánta debió ser la alegría y la santa algazara
de aquel
pueblo, a quien Jesús Sacramentado acaba de librar de una inevitable y
horrorosa hecatombe.
A las lágrimas de terror sucediéronse las lágrimas del más íntimo
alborozo; a
los gritos de angustia y desaliento siguieron los gritos de
agradecimiento y de
alabanza, y por todas partes y de todos los pechos brotaban estentóreos
vivas a
Jesús Sacramentado.
Mandó entonces el padre Larrondo fuesen a traer de la iglesia la
Custodia, y,
colocando en ella la Sagrada Hostia, organizóse, acto seguido, una
solemnísima
procesión, que fue recorriendo calles y alrededores del pueblo, hasta
ingresar
Su Divina Majestad con toda pompa y esplendor en su santo templo, de
donde tan
pobre y precipitadamente había salido momentos antes.
Como el dicho estremecimiento no tuvo lugar sólo en Tumaco, sino en
gran parte
de la costa del Pacífico, por los grandes daños y trastornos que
aquella ola,
rechazada en Tumaco, causó en otros puntos de la costa harto menos
expuestos
que éste a ser destruídos por el mar, se puede calcular la importancia
del
beneficio que Jesús dispensó a aquel cristiano pueblo, el cual, por
estar, como
hemos dicho, a nivel más bajo que el del mar, probablemente hubiera
desaparecido
con todos sus habitantes. He aquí lo que
en carta que tenemos a la vista nos dice hablando de esto el
misionero
reverendo padre Fray Bernardino García de la Concepción, que por
entonces se
hallaba en la ciudad de Panamá: "En Panamá estaba en la mayor bajamar,
y
de repente (lo vi yo) vino la pleamar y sobrepasó el puerto, entrando
en el
mercado y llevándose toda clase de cajas: las embarcaciones menores que
estaban
en seco fueron lanzadas a grande distancia, habiendo habido muchas
desgracias".
El suceso de Tumaco tuvo grandísima resonancia en el mundo, y de varias
naciones de Europa escribieron al padre Larrondo, suplicándole una
relación de
lo acontecido.
Papas que han
reconocido el
Milagro de Turín: Pío II, Gregorio XVI, Clemente XIII, Benedicto XIV,
San Pío
X, Pío XI y JPII.
“MILAGROS
EUCARÍSTICOS”
Esto
dice el señor:
EL QUE
COME MI CARNE
Y BEBE MI SANGRE, TENDRÁ VIDA ETERNA Y YO LO RESUCITARÉ EN EL ÚLTIMO
DÍA,
PORQUE MI CARNE ES VERDADERA COMIDA Y MI SANGRE VERDADERA BEBIDA.