LUMEN DEI


¿Qué es Lumen Dei?

Lumen Dei es luz de Dios. Sencilla y únicamente luz de Dios.

¿Qué es ser luz? La luz es emisión permanente de noticias de ella, manifestación ininterrumpida de ella.

Eso es LUZ DE DIOS. Eso eres tú si eres de Lumen Dei o si deseas ser de Lumen Dei: un doble de Jesús.

Jesús, todo Él es luz del Padre

El ser luz define adecuadamente a Jesús. En Él es luz desde su más íntimo secreto y substancial pensar, hasta el gesto de su Rostro, el porte de su Cuerpo más intrascendente. Todo en Él está pensado y medido para ser adecuada expresión de su Padre Dios.

¡Qué vocación tan excelsa! Ser un doble de Jesús. Jesús es "apaugasma" de Dios. "Apaugasma" es brillo lleno al que nada le falta; "expresión adecuada de la fuente de luz de la que me da". Así define a Jesús el Espíritu Santo: Apaugasma de Dios, brillo lleno de Dios. Nada le falta para transmitirme todo el brillo de Dios. ¡Qué hermoso es Jesús! Todo Él es asimilable. Como la luz: toda ella es asimilable por el ojo.

Cuida

Cuida tu pensar y tu querer; cuida tu sentir y tus afectos; cuida tu tender y aspirar; cuida tu gesto, tu porte, tu andar, tu estética exterior. Un miembro de Lumen Dei es el que controla, el que cuida; el que cuida que nada de lo que esté bajo él tenga brillo alguno que desdiga del brillo de Jesús. "Tener cuidado" describe a un miembro de Lumen Dei. Un miembro de Lumen Dei es el que todo en él es tener cuidado de que nada de lo de él, es decir de que todo lo que es de él sea transparencia de Dios, portador de Dios, brillo de Dios.

Un miembro de Lumen Dei es luz de Dios.

Sencilla y únicamente luz de Dios. Todo en él es pura e íntegramente asimilable por el que lo ve. A través de él, el que lo ve, ve a Dios, asimila a Dios. Esto es Lumen Dei, nada más y nada menos. Excelsa vocación ¡Cuida no degenerar!

Pero Dios es AMOR

Todo Él es amor. Sólo amor. Nada de lo que hay en Él es algo que no sea amor. El brillo de Dios es el brillar propio del amor. La luz de Dios es la luz propia del amor. Los rasgos del amor, eso es la luz de Dios, la luz que emite el amor. El lucir del amor. Porque el amor tiene su propia luz, que es la auténtica, la verdadera, la única. El Espíritu Santo: producido por el Padre y el Hijo. El Hijo: luz de Dios, todo Él es portador de amor y nada más que de amor. Imprescindible es el amor. Por eso el Hijo es necesario para producir el Espíritu del amor.

Lumen Dei es luz de Dios, luz de amor, luz que emite sólo amor

Lumen Dei es amor de Dios, sencilla y únicamente el brillar del amor de Dios.

¿Qué es ser amor?

Amor es vivir conjunto. Es una simbiosis. El límite del amor es un vivir de varios tan perfectamente conjunto que la fuente del vivir de cada uno de ellos se ha compenetrado de tal manera con la fuente del vivir de los otros, que ya no son varias fuentes de vida, sino una participada por varios. Esa es la Santísima Trinidad: el vivir conjunto de tres en uno. No hay tres amores, hay un sólo amor participado a la vez por tres. No hay tres enfoques, hay un sólo enfoque participado a la vez por tres.

Eso es el miembro de Lumen Dei: el que ama.

Y porque sólo es amar, es todo él, el brillar del amor. El que ama a Dios y en Dios a todo lo de Dios en la medida con que Dios lo ama. El que vive conjunto la vida de Dios y la vida de todo lo que es de Dios. El que vive el vivir de Dios en Dios y en las criaturas. El que no tiene otro amor que el amor de Dios, el amor que está en Dios y el que está en sus criaturas. El que no tiene otros intereses que los intereses de Dios: los de Dios en él y los de Dios en sus criaturas. El que no tiene otro enfoque del vivir que el enfoque del vivir de Dios, la vida que Dios vive en él y la que vive en sus criaturas.

Lumen Dei desconoce la palabra mío y tuyo.

En él lo mío es tuyo y lo tuyo mío. Lo mío es del otro y lo del otro mío. Solidaridad plena. Solidaridad perfecta. Solidaridad adecuada. Nada de Dios o las criaturas de Dios le es indiferente. Pura aspiración de llegar al límite de la solidaridad, que es la solidaridad de la Santísima Trinidad. Tres tan perfectamente ensamblados que son una sola vida; un sólo pensar, un sólo tender, un sólo aspirar, un sólo enfocar, un sólo vivir.

Lumen Dei desconoce la palabra propio

Porque propio de Lumen Dei es todo lo que es, porque todo es de Dios o ha salido de Dios.

Lumen Dei no tiene límite

Límite es yo desde aquí y tú desde ahí. Para Lumen Dei no hay fronteras.

Lumen Dei hace suya la palabra "koinos"

Y quiere vivirla. "Koinos" es lo común, lo coparticipado, lo que es de todos. Y todo es común. Común es la palabra portadora de verdad y de toda la verdad porque todo es de Dios o salido de Dios. Dios es el común, el denominador común.

El miembro de Lumen Dei es el que quiere vivir el deseo de Jesús:

 "Que todos sean uno. Como Tú, Padre en Mí y Yo en Ti, que ellos también sean uno en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que Tú me diste, para que sean uno como Nosotros somos uno, y el mundo conozca que Tú me has enviado".

Padre Molina - Fundador de Lumen Dei

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